Washington.— Estados Unidos vive en víspera permanente del momento en que el Tribunal Supremo emita su decisión sobre la legalidad de suprimir el programa DACA de protección contra la deportación de jóvenes indocumentados, una opinión judicial que puede llegar en cualquier momento. Hoy podría ser el día, primera fecha programada en el calendario judicial donde los nueve jueces del Alto Tribunal puedan tomar una decisión: posicionarse en favor de Donald Trump y su deseo de fulminar al programa que protege a cerca de 700 mil soñadores, casi 80% de origen mexicano; o alinearse con los dreamers y la opinión pública estadounidense.

Las encuestas y estudios resuelven que los estadounidenses quieren que el programa DACA, instaurado por la administración Obama en 2012, permanezca inalterable. La última encuesta, por FWD.us (el lobby fundado y liderado por varios líderes empresariales, la mayoría ligados a Silicon Valley y otras empresas tecnológicas, favorables a la regularización de los indocumentados como Mark Zuckerberg o Bill Gates) y presentada ayer, apunta que 66% apoya el programa. El apoyo aumenta (hasta 71%) cuanta más información tienen.

El mes pasado, el Center for American Progress (CAP) presentó su estudio en el que 70% de los estadounidenses respaldan DACA, mientras 21% lo rechazaban. Hoy es la próxima oportunidad para que el Supremo emita un veredicto que debería hacerse público antes de finales de junio, a no ser que el Alto Tribunal decida aplazar su opinión. “Acabar con DACA en plena emergencia nacional sería catastrófico”, escribió a finales de marzo el dreamer mexicano Aldo Martínez, paramédico de Florida que presentó al Supremo una petición legal para que aplace su decisión. “Los proveedores de salud en primera línea en la lucha de nuestro país contra el Covid-19 dependen significativamente de que receptores de DACA puedan realizar su trabajo esencial”, añadían los abogados en el caso hace un par de semanas, en otro comentario dirigido a la Alta Corte.

Se calcula que unos 27 mil soñadores trabajan en el sistema de salud, con 200 más acabando sus estudios en medicina; hasta 200 mil se calcula que tienen empleos en primera línea y esenciales, como maestros o en supermercados y limpieza. Tras la sesión de argumentos orales del pasado noviembre, las sensaciones sobre el futuro del programa no fueron buenas, con comentarios y preguntas que insinuaban que darían vía libre a Trump para acabar con DACA.

Una decisión del Supremo en contra de la administración sería una sorpresa, especialmente después que la nueva composición del Alto Tribunal, desbalanceado en favor de posiciones conservadoras. Según la encuesta de FWD.us, 53% se opone a terminar con DACA; el 65%, además, está convencido que eliminarlo sería malo para Estados Unidos.

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