Ginebra.— El terremoto que se registró en Turquía y Siria hará más grave la crisis de desplazados en este último país, donde la guerra que empezó hace 12 años obligó a millones a abandonar sus hogares y refugiarse, incluso en Turquía y en las áreas afectadas por el desastre, dijo el Consejo Noruego de Refugiados, organización humanitaria muy activa en la región.

La entidad proderechos, que ayuda a los desplazados y refugiados sirios desde hace varios años, recalcó que el terremoto además ocurrió en la peor hora del día (en la madrugada) y en la peor época del año (en pleno invierno).

“Este desastre hará mayor el sufrimiento de los sirios que ya padecen una severa crisis humanitaria. Millones fueron forzados a huir por la guerra y ahora habrá muchos más desplazados por el terremoto en medio de tormentas de invierno y de un fuerte aumento del costo de vida”, señaló el director de la asociación para Medio Oriente, Carsten Hansen.

La ONG imploró que no se abandone a los sirios a su destino y dijo que está haciendo una rápida evaluación de las necesidades para suministrar ayuda directa en las áreas donde más se necesita. En una declaración aparte, la Unión de Atención Médica y Organizaciones de Ayuda (UOSSM), fundada en Francia en 2012 para acudir en auxilio de las víctimas de la guerra en Siria, sostuvo que los hospitales con los que colabora están colapsados por el número de heridos.

La mayoría de la población doblemente afectada lo está por ubicarse en zonas de combate, controladas por los rebeldes. La provincia noroccidental de Idlib, el último bastión opositor de Siria, y partes de la vecina Alepo, también fuera del control de Damasco, son las zonas del país más cercanas al epicentro. Siria está inmersa en una Guerra Civil desde hace más de una década. En el lado controlado por la oposición, el terremoto sacudió con fuerza el territorio dominado por el Organismo de Liberación del Levante, una alianza islamista en la que se incluye la exfilial siria de Al-Qaeda, antes el Frente al-Nus- ra. El organismo mantiene una administración paralela en sus áreas de control.

El gobierno de Siria, al mando de Bashar al-Assad, se comprometió con Naciones Unidas a desplegar ayuda humanitaria, incluso en las zonas controladas por opositores. “Garantizamos a la ONU que estamos dispuestos a ayudar y coordinar la entrega de ayuda humanitaria a todos los sirios en todo el territorio”, declaró el embajador ante la ONU.

De hecho, las áreas opositoras del noroeste de Siria reciben ayuda humanitaria exclusivamente a través del paso fronterizo de Bab al-Hawa, que une Idlib con Turquía, y muchas organizaciones que la distribuyen tienen su base de operaciones en Gaziantep.

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