Los congresistas republicanos Jim Jordan y Austin Scott se presentaron este viernes como candidatos a presidir la Cámara baja del Congreso de Estados Unidos, en medio de una crisis en el partido conservador que ha paralizado Washington.
El Congreso tiene dos cámaras: el Senado, donde los demócratas del presidente Joe Biden tienen la mayoría, y la Cámara de Representantes, controlada por los republicanos e inmersa en un caos sin precedentes.
El último líder de la cámara baja, Kevin McCarthy, fue destituido por un grupo de partidarios del expresidente Donald Trump. Se creyó entonces que Steve Scalise podía reemplazarlo para mitigar las divisiones.
Pero Scalise se retiró de la carrera el jueves, apenas 36 horas después de que el partido le designara en una votación informal. Lo hizo porque sabía que no obtendría los 217 votos necesarios en una sesión plenaria en el hemiciclo para conseguir el cargo.
Los republicanos tendrán que elegir a un nuevo candidato el viernes por la tarde entre Jordan, un trumpista que ya perdió contra Scalise en la primera votación interna, y Scott, un conservador tradicional opuesto al aborto, al control de armas y al matrimonio entre homosexuales y simpatizante de Trump.
"Es un escenario difícil", declaró Scott a los periodistas el jueves, antes de anunciar su candidatura, precisando que no todos se esmeran en encontrar una solución.
"Hay gente ahí, como sabes, a la que le gusta aparecer en la televisión" y no negocia seriamente, afirmó. "Nos hace parecer un montón de idiotas".
Más tarde, cuando lanzó su candidatura en las redes sociales, Scott publicó que quería "dirigir una Cámara que funcione en beneficio del pueblo estadounidense".
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A diferencia de McCarthy y Scalise, Jordan cuenta con la confianza del sector más conservador del partido, ya que pasó la mayor parte de su carrera como un independiente de derecha antes de llegar a la presidencia del poderoso comité judicial.
Pero no es del gusto de los moderados, que recuerdan el papel que desempeñó en la caída de un presidente de la cámara anterior y en el cierre gubernamental más largo de la historia, en 2018.
Jordan, respaldado por Trump, obtuvo sólo 99 votos frente a Scalise, y necesitaría encontrar el apoyo de otros 118 republicanos para ganar la votación en el pleno de la Cámara si vence a Scott en la nominación.
Un puñado de congresistas ya han descartado respaldarlo, lo que complica los cálculos en una cámara con una mayoría republicana muy estrecha.
"Vamos a tener el mismo problema con Jordan que tuvimos con Scalise", pronosticó Mike García, un congresista por California.
La retirada de Scalise sumió al Congreso en un nuevo caos, ya que no puede votar ningún texto, ni siquiera para evitar la amenaza de un cierre del gobierno que se avecina en un mes o para apoyar a uno de los aliados más estrechos de Estados Unidos, Israel, después del masivo ataque del grupo islamista palestino Hamás.
Con varios demócratas y republicanos fuera de la ciudad, una votación en sesión plenaria este viernes parece improbable, pero podría celebrarse el fin de semana si los congresistas reciben un aviso 24 horas antes.
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mcc