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La familia de un migrante guatemalteco está ansiosa por saber de su suerte desde desde el accidente de un camión en México en que 55 migrantes perdieron la vida.
La familia de Juan Cumes Quino dice estar desesperada, especialmente luego de ver otro migrante que también iba en el tráiler ha vuelto a la comunidad por sus propios medios y se recupera de las heridas sufridas.
Walter Cumes Quino, hermano mayor de Juan, dice que la última vez que supo de su hermano que tiene 21 años, fue la mañana del accidente, desde entonces el celular que llevaba está apagado.
“Mi hermano me llamó a las 7 de la mañana del jueves y me dijo que había dos tráilers, uno va a salir temprano y otro en la tarde, hoy nos van a sacar”, dice Cumes Quino. El hermano le explicó que uno de los tráilers salía a las 10 de la mañana y el otro por la tarde donde a él le tocaba subirse.
“Eran cinco del grupo, pero cuando tuvieron el accidente se separaron, le preguntamos al compañero (el que regresó), pero no sabía que le pasó, dijo que estaba aturdido y no sabía nada. Me dijo que él iba parado y mi hermano sentado al momento del accidente”.
Juan Cumes buscaba el sueño americano con 21 años. Hacía menos de un año había empezado a construir su casa de cuatro pequeños cuartos, trabajaba en una tienda de abarrotes ganando unos 130 dólares mensuales cuando llegó la pandemia y lo despidieron.
Desesperado, sin dinero ni trabajo el joven migrante decidió irse a Estados Unidos, así alcanzaría a su hermano Germán de 17 años que vive en Houston desde hace un año cuando migró.
“Nosotros le dijimos que no se fuera, pero quería alcanzar su sueño americano” dice Walter Cumes. La familia prestó los 15 mil dólares que el coyote pidió para llevarlo al norte.
“Solo queremos saber si está vivo o muerto”, dice Cumes.
Foto: AP
La comunidad de Xecoja Quiché, (uno de los departamentos de donde habrían sido la mayoría de los heridos del accidente) al occidente de la capital guatemalteca es una muestra de la pobreza y de cómo la migración alivia la situación de la gente en el país centroamericano. La carretera para llegar a la comunidad es de terracería, intransitable en invierno, con casas de madera y tierra, entre maizales y construcciones recientes y casas de cemento de hasta de tres pisos.
La comunidad está entre campos de cultivos, no tiene calles asfaltadas, pero tiene tres canchas de grama sintética para jugar futbol rápido, según los lugareños construidas por vecinos que están en el norte.
Miles de guatemaltecos huyen del país cada año buscando llegar al norte y salir de la pobreza. Unos tres millones de guatemaltecos viven en Estados Unidos desde donde aportan cada año más de 11 mil millones de dólares en remesas.
agv