La Unión Europea (EU) y el Reino Unido pidieron más tiempo para alcanzar un acuerdo sobre el Brexit, luego de que ambas partes fracasaran en alcanzar una solución tras la reunión entre el presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, y la primera ministra británica, Theresa May.

“Pese a nuestros mejores esfuerzos y a los progresos significativos que logramos en los últimos días (...) no fue posible lograr un acuerdo total hoy”, dijo Juncker.

La UE había fijado para ayer la fecha límite para alcanzar “avances suficientes” en las tres cuestiones más controvertidas: derechos de los ciudadanos, la factura que debe pagar Londres como consecuencia de sus compromisos adquiridos con el bloque y la frontera entre Irlanda e Irlanda del Norte.

En las últimas horas hubo indicios de un posible acuerdo y los negociadores habían encontrado fórmulas de compromiso. Sin embargo, no se lograron cerrar los últimos puntos abiertos en la reunión de varias horas entre May y Juncker.

Aun así, el presidente de la Comisión Europea confía en que en los próximos días se consiga un acuerdo que permita que los líderes de los otros 27 países de la UE aprueben la próxima semana, en el marco de la reunión del Consejo Europeo, ampliar las conversaciones al futuro tratado comercial entre ambas partes.

“Confío mucho en que alcanzaremos un acuerdo en el transcurso de esta semana”, dijo Juncker.

May reconoció que “sigue habiendo diferencias en un par de cuestiones, lo que requiere más negociaciones y consultas.

“Nos volveremos a reunir antes de que acabe la semana y también confío en que esto concluya de forma positiva”, agregó.

La primera ministra británica se reunió luego con el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, quien dijo sentirse “listo” para presentar un borrador ante los Estados miembro de la UE con los principales ejes para las negociaciones comerciales con el Reino Unido, pero que ambas partes “pidieron más tiempo”.

“Ahora se está poniendo muy ajustado, pero todavía es posible un acuerdo en diciembre”, escribió Tusk en su cuenta de Twitter.

Irlanda exige a Londres garantías de que la salida de Reino Unido de la UE no implique un endurecimiento de su frontera con Irlanda del Norte. La complicación se debe a que Irlanda es un país miembro del bloque, mientras que Irlanda del Norte forma parte del Reino Unido y dejará de pertenecer a la Unión con el Brexit.

Irlanda quiere evitar que se cree una frontera con Irlanda del Norte para no romper el espacio económico común en la isla irlandesa y reabrir viejas heridas políticas.

Precisamente, el histórico acuerdo de paz entre ambas partes se basa parcialmente en el hecho de que los dos países forman parte en la actualidad del bloque comunitario.

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, afirmó ayer estar “sorprendido y decepcionado” de que no se haya alcanzado una solución. “Esta mañana teníamos un acuerdo”, dijo y agregó: “Entendemos que la primera ministra británica ahora necesita más tiempo”.

El asunto es el más difícil de los tres en los que los 27 miembros restantes de la UE quieren ver progresos significativos antes de empezar a debatir cuál será la futura relación del bloque con Londres. El tiempo apremia porque Reino Unido debe abandonar la Unión en marzo de 2019.

El viernes Tusk prometió a Irlanda vetar el paso a la siguiente fase si Dublín no está satisfecho con los avances en el tema fronterizo.

Las otras dos cuestiones fundamentales son las contribuciones financieras que a Reino Unido le tocaría hacer por los compromisos adquiridos con anterioridad y los derechos de los ciudadanos europeos en las islas y de los británicos en el bloque. May enfrenta dificultades también en el frente interno, donde se espera que reciba presiones tanto de los diputados pro UE como los pro Brexit dentro de su Partido Conservador.

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