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Clint, Texas.— Estados Unidos sacó a la mayoría de los niños de un centro de detención de la Patrulla Fronteriza en Texas ante reportes de que más de 300 menores allí carecían de suficientes alimentos, agua y condiciones higiénicas. La información se dio a conocer en la misma jornada en la que se reportó el hallazgo de seis migrantes muertos a ambos lados de la frontera entre Estados Unidos y México.
Abogados que la semana pasada acudieron al centro de detención de la Patrulla Fronteriza en Clint, Texas, dijeron que niños mayores intentaban cuidar de los más pequeños, reportó AP el jueves. Mencionaron a un niño de cuatro años con el cabello enmarañado que llevaba días sin bañarse, y menores hambrientos e inconsolables. Algunos chicos llevaban tres semanas encerrados; 15 de ellos sufrían de influenza y otros 10 estaban en cuarentena médica.
Ayer sólo quedaban 30 niños en las instalaciones cercanas a El Paso, dijo la legisladora Verónica Escobar. Aunque no está claro adónde se tras-ladó a todos los niños retenidos en Clint, Escobar dijo que algunos fueron enviados a otra instalación en el norte de El Paso, llamada Estación 1, de la Patrulla Fronteriza, donde hay colchones, regaderas, instalaciones médicas y aire acondicionado.
Las autoridades de la Patrulla Fronteriza no han respondido a las preguntas de AP sobre las condiciones en las instalaciones de Clint, pero en un comunicado señalaron que “nuestras instalaciones de retención a corto plazo no fueron diseñadas para mantener a poblaciones vulnerables y necesitamos con urgencia fondos humanitarios adicionales para gestionar esta crisis”.
Pese a las amenazas de deportación del presidente Donald Trump y las restricciones impuestas a migrantes y solicitantes de asilo, la gente sigue intentando llegar a EU.
En Matamoros, Tamaulipas, en una escena por demás conmovedora, fueron rescatados los cuerpos de un salvadoreño y su hija, quienes murieron ahogados el domingo al intentar cruzar el río Bravo para llegar a EU.
Óscar Alberto Martínez, de 25 años, y su hija Valeria, de un año 11 meses, fueron encontrados abrazados. La menor podía verse dentro de la camiseta en color negro de su padre, quien al parecer intentó de esta forma ponerla a salvo, sin conseguirlo. El grito de Tania de 21 años, esposa y madre de los fallecidos, estremeció a rescatistas y elementos, quienes recuperaron los cuerpos.
Tania informó que la tarde-noche del domingo intentaban cruzar el río Bravo para llegar a territorio estadounidense, luego de estar unos dos meses en Matamoros, esperando a que les otorgaran asilo humanitario. Su esposo decidió cruzar con su hija, mientras Tania los seguía de cerca y cuando apenas llevaban unos metros, él comenzó a ahogarse sin que ella pudiera ayudarlo.
Del otro lado de la frontera, cerca del río Bravo y los Matorrales de Anzalduas en Mission, Texas, fueron hallados los cuerpos de una mujer de 20 años, dos bebés y un niño pequeño, todos guatemaltecos, quienes al parecer murieron por el calor y la deshidratación, según informó la Cancillería guatemalteca. Al parecer, los cuatro llevaban días muertos.
Mientras tanto, el gobierno de Estados Unidos mantiene su mano dura con los migrantes, y en redadas del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) fueron detenidos 52 indocumentados en Texas, de los cuales la mayoría (47) son mexicanos.
El ICE argumentó que casi 70% de los arrestados tienen antecedentes penales. Agencias, con información de Sandra Tovar, corresponsal