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Las vidas de Justin Trudeau y Sophie Grégoire se cruzaron por años, como si estuvieran destinados a estar juntos, pero se conocieron hasta el verano de 2003.
Una gala en la Fundación Infantil Starlight los reunió. Ambos eran anfitriones y, cuando comenzaron a platicar, Justin se dio cuenta de que ella estudió en la misma escuela que su difunto hermano, Michel e incluso había salido con un amigo de éste.
La plática, contaría después Justin en su autobiografía “Common Ground (Todo aquello que nos une)”, de 2014, le dejó una cosa de cierto: Sophie no era como ninguna mujer que hubiera conocido, y su encuentro había sido todo, menos ordinario.
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Unos días después, contó, Sophie le envió un correo electrónico para decirle: “Fue muy lindo conocerte”. El corazón de Justin dio un vuelco. Sabía, y así lo confesó en su libro, que “incluso el mero hecho de quedar para tomar un café se convertiría rápidamente en el resto de mi vida”.
Así fue. Unos meses más tarde, tuvieron su primera cita en el restaurante Khyber Pass, en Montreal. Hablaron de la familia de Trudeau y ambos se dieron cuenta de que, en realidad, lo extraño es que no se hubieran conocido antes, pues sus vidas se cruzaron varias veces.
“Era como si hubiéramos vivido vidas paralelas que ahora se unían por fin”, explicó Trudeau en el libro. Luego, se fueron al karaoke. Para el final de la velada, detalló Trudeau en su historia, él estaba más que seguro de que había encontrado a su media naranja. Y así se lo expuso: “Tengo 31 años, así que llevo 31 años esperándote. ¿Podemos saltarnos la parte de novio/novia e ir directamente a prometidos, ya que vamos a pasar el resto de nuestras vidas juntos?”.
Dos años después, Justin y Sophie contraían matrimonio, en mayo de 2005. Pero las nubes en el paraíso aparecieron tres años después, cuando Justin decidió entrar de lleno a la política.
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Él sabía, por experiencia propia, lo que la política podía causar en su matrimonio. En su biografía, dijo que desde niño comprendió que la vida pública de su papá, Pierre Trudeau, quien también fue primer ministro, había influido en la separación de sus padres. “Sabía, incluso entonces, que las exigencias impuestas por las vidas de mis padres les habían afectado más que el estrés ordinario que implica la paternidad”.
Sin embargo, confiaba en la fuerza de su amor. Susan Delacourt, columnista del Toronto Star, recordó en un artículo sobre la pareja que cuando los entrevistó para un libro electrónico en 2013, ambos reconocieron que el rol de Justin en la política (se convirtió en primer ministro en 2015) pondría a prueba su relación.
“Tengo un matrimonio increíblemente fuerte con Sophie”, le dijo Trudeau a Delacourt, recordó ella. “Es un matrimonio real con altibajos, pero nos queremos mucho y eso es todo lo que voy a decir al respecto”.
Sophie, la esposa, amiga y asesora de Trudeau; tenía siempre la última palabra
Sophie se convirtió en mucho más que su esposa. Era su amiga, su asesora de imagen y quien tenía siempre la última palabra, incluso sobre la vida política de él. Justin así lo reconocía. Según Delacourt, él siempre presentaba a su esposa como “la segunda persona más sobria del matrimonio, la que tenía el poder de decir sí o no a sus planes, ya fuera presentarse a las elecciones, subirse a un ring de boxeo con el senador Patrick Brazeau o presentarse a líder liberal en 2012”.
En privado, Sophie reconocía que no era tan “reconfortante” que su esposo se dedicara a la política, y que sacar adelante a la familia no sería fácil.
Sophie y Justin tienen tres hijos: Xavier, que este año cumple 16; Ella-Grace, de 14, y Hadrien, de nueve.
Si en los primeros años eran inseparables, en los últimos Sophie se alejó cada vez más del foro público. Dejó de acompañar a Justin a eventos en el extranjero y las versiones de problemas matrimoniales no se hicieron esperar.
El anuncio de su separación decidieron hacerlo de manera conjunta, a través de sus cuentas de Instagram. Él en inglés, ella en francés. En el mensaje, aseguraron que a pesar de separarse, seguirán siendo una familia que se ama y que se respeta. “Por el bienestar de nuestros hijos, pedimos respeto a nuestra y a su privacidad”.
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