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Kiev/Moscú. Rusia golpeó durante la pasada noche infraestructuras de procesamiento de gas de la región de Poltava, en Ucrania central, un ataque que coincide con uno de los períodos más fríos del invierno en Ucrania y con un nuevo golpe ucraniano a una refinería situada en territorio de la Federación Rusa.
Este intercambio de ataques contra instalaciones energéticas del enemigo tiene lugar en la semana en que la administración del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, planea intensificar los contactos directos para lograr que ambos bandos declaren un alto el fuego y se sienten a negociar el final del conflicto.
Según el parte ofrecido por la Fuerza Aérea ucraniana, Rusia empleó 19 misiles de crucero, balísticos y guiados en el ataque, que tuvo como principal objetivo instalaciones de procesamiento de gas situadas en Poltava.
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La empresa pública propietaria de las instalaciones, Naftogaz, informó de “daños en las instalaciones de producción” de gas de la empresa en Poltava, donde una decena de municipios se quedaron sin calefacción debido al ataque, que, según la compañía, no provocó víctimas.
Ucrania procesa en las regiones de Poltava y Járkov (noreste) la mayor parte del gas que extrae. Otros dos centros de procesamiento y almacenamiento de gas ucranianos, las regiones occidentales de Leópolis e Ivano-Frankivsk, fueron el principal objetivo de ataques anteriores rusos contra este tipo de infraestructuras.
A diferencia de lo que suele hacer tras estos ataques, la Fuerza Aérea ucraniana no ha ofrecido en su parte del martes información sobre el número de misiles interceptados.
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Según ha declarado a la publicación Ukrainska Pravda el portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana Yuri Ignat, algunos de los misiles fueron interceptados o neutralizados con interferencias electrónicas, mientras que otros alcanzaron su objetivo.
Ignat señaló que ataques como el perpetrado por Rusia contra Poltava son particularmente difíciles de interceptar por la cantidad y la variedad de armamento empleado.
Además de los misiles, lanzados desde tierra, mar y aire, Rusia empleó un total de 124 drones entre aparatos no tripulados de ataque y réplicas de estos para confundir a las defensas ucranianas, según el parte de la Fuerza Aérea de Kiev.
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Ucrania logró interceptar 57 de los drones de ataque reales sobre once regiones del norte, el noreste, el centro y el sur del país.
Nuevo ataque a una refinería en Rusia
También durante la pasada noche, drones ucranianos volvieron a alcanzar una refinería rusa. La infraestructura alcanzada esta vez es una refinería de la región de Sarátov que, según las autoridades militares ucranianas procesa combustible y otros productos derivados del petróleo.
Según el jefe del Centro contra la Desinformación del Consejo para la Seguridad Nacional y la Defensa de Ucrania, Andrí Kovalenko, la refinería ya había sido atacada anteriormente, tiene capacidad para procesar 7 millones de toneladas de petróleo al año y es clave en la cadena de suministro del Ejército ruso.
Kovalenko dijo también sin dar más detalles al respecto que también fue atacada la localidad rusa de Engels, situada en la misma región de Sarátov y que alberga una base aérea rusa utilizada por Rusia para atacar Ucrania. Este aeródromo militar ha sido alcanzado en repetidas ocasiones por drones ucranianos durante la guerra.
Las autoridades rusas informaron del derribo durante la noche de 40 drones ucranianos sobre las regiones de Sarátov, Rostov, Briansk, Volgogrado y Bélgorod. El mayor número de interceptaciones (18) se produjo sobre el territorio de Sarátov, a orillas del Volga y a más de 250 kilómetros del punto más próximo de la frontera ucraniana.
Según las autoridades regionales, el ataque provocó un incendio en una infraestructura industrial de Sarátov.
ss/mcc
