Roma. El exprimer ministro fallecido hoy a los 86 años, fue un mujeriego irremediable y una de esas relaciones estuvo a punto de mandarlo a prisión.

Las mansiones de “Il Cavaliere” –el título honorífico que le fue concedido a Berlusconi por el presidente de la República, Giovanni Leone, en 1977, por su actividad inmobiliaria- fueron el centro de una vida social en el que nunca faltaron las jóvenes despampanantes en busca de un contacto o un contrato en su emporio televisivo, sobre todo su villa de Arcore, a las afueras de Milán (norte).

Fue en esta fastuosa residencia donde Berlusconi se metió en un lío que le seguiría para siempre: el "Caso Ruby".

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Este era el apodo de la marroquí Karima El Mahroug, o “Ruby robacorazones”, con la que el magnate mantuvo relaciones sexuales cuando era menor. La muchacha fue detenida por hurto en 2010 en Milán y Berlusconi trató de liberarla alegando que era sobrina del entonces presidente egipcio Hosni Mubarak. Al conocerse esta presión, la Fiscalía le acusó de abuso de poder y prostitución de menores, pues “Ruby” tenía 17 años.

Karima El Mahroug, o “Ruby robacorazones”, la joven que sostuvo relaciones con Silvio Berlusconi siendo menor y cuyo caso lo llevó a tribunales. FOTO: ESPECIAL
Karima El Mahroug, o “Ruby robacorazones”, la joven que sostuvo relaciones con Silvio Berlusconi siendo menor y cuyo caso lo llevó a tribunales. FOTO: ESPECIAL

Empezaba su pesadilla. En junio de 2013 el magnate fue condenado a siete años de cárcel e inhabilitado para ejercer cargos públicos, aunque fue absuelto en apelación. El Supremo confirmó su absolución en 2014 al considerar que no tenía por qué conocer su edad, pero certificó que en sus villas se ejercía la prostitución.

Las horas de audiencias sacaron las vergüenzas al magnate y a sus poderosos amigos, revelando orgías con muchachas a las que él restó importancia en más de una ocasión tachándolas de “cenas elegantes”.

Era el "Bunga Bunga", el término que Berlusconi copió a su amigo, el dictador libio Muamar Gaddafi, para referirse a esas sesiones de sexo, tal y como desveló la propia Ruby, actualmente en un retiro dorado.

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Del “Caso Ruby” emergieron varios procesos para aclarar si el político compró el silencio de las chicas que tuvieron que testificar. Estas mujeres explosivas quedaron bautizadas como las “Olgettine”, porque cuando acudían a las fiestas residían en un edificio de la Vía Olgettina de Milán, a gastos pagados, eso sí.

Según la fiscalía, el silencio de esas mujeres le costó a "Il Cavaliere" millones de euros entre 2011 y 2015, gran parte de los cuales fueron a parar en los bolsillos de Ruby, que era menor de edad cuando participó en las famosas fiestas. Además de dinero en efectivo, habrían recibido regalos, autos, o el pago de facturas y gastos médicos.

La defensa de Berlusconi argumentó que el dinero era una compensación por el daño a la reputación de los implicados en el caso y afirmó que el exprimer ministro estaba siendo juzgado “por el delito de generosidad”.

Fue absuelto de todos estos casos y así reaccionó: “Por fin absuelto después de más de 11 años de sufrimiento, infamia e incalculable daño político, porque tuve la suerte de ser juzgado por magistrados que se mantuvieron independientes, imparciales y correctos frente a las infundadas acusaciones vertidas contra mí”.

Las mujeres de Berlusconi

La vida del magnate de los medios estuvo marcada por varias mujeres: la primera, Carla Elvira Lucia Dall’Oglio, a quien conoció en 1964 y con quien contrajo matrimonio. Fue su relación más estable -duró 20 años-, y de ella nacieron Maria Elvira y Pier Silvio. Se divorciaron en 1985.

Aun casado, Berlusconi se relacionó con Verónica Lario, con quien tuvo tres hijos: Barbara, Eleonora y Luigi. Se casaron en 1990, pero se divorciaron en 2009, en medio de un escándalo por la relación de Berlusconi con una joven de 18 años, Noemi Letizia. El divorcio le costó millones de euros a Berlusconi en pensión para su exmujer.

El romance con la joven duró poco, pues el expremier inició pronto una relación con una "showgirl" napolitana, Francesca Pascale, casi cincuenta años menor que él y con quien estaría hasta 2020. No se casaron, pero al romper le asignó una paga de un millón de euros al año.

En 2020, antes de terminar con Pascale, comenzó a ser relacionado con la mujer que lo acompañó hasta su muerte, la diputada Marta Fascina, 53 años más joven que él.

Desde entonces la discreta Marta Fascina se ha convertido en su sombra, hasta el punto de que, según su entorno, ha sido la que ha gestionado la información que se daba sobre el estado del magnate, algo importante para la estabilidad de su imperio empresarial.

Aunque no se casaron, Berlusconi y Fascina se dieron el “sí quiero” el 17 de marzo de 2022 con una boda simbólica ante sus más allegados en la villa Gernetto, una enorme mansión del siglo XVIII en la localidad de Lesmo (norte).

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