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Manila. Deslenguado, violento y muy popular, el expresidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, impulsó desde el poder (2016-2022) una cruenta guerra contra las drogas que dejó miles de muertos en el país y por la que este martes fue detenido y trasladado a La Haya, donde será juzgado por la Corte Penal Internacional (CPI), que lo acusa de crímenes de lesa humanidad. Su detención culminó una investigación internacional sobre los asesinatos perpetrados durante más de una docena de años.
Duterte volvió a estar en el centro de atención durante un viaje de fin de semana a Hong Kong, cuando el viaje suscitó especulaciones de que podría haberse exiliado para evadir el arresto. Apareció como el orador principal el domingo en un encuentro de miles de expatriados filipinos que vitoreaban y ondeaban banderas en el Estadio Southorn del distrito Wan Chai.
Ahora con 79 años y en mal estado de salud, Duterte, uno de los líderes más controversiales de Asia, hizo campaña por los candidatos al Senado de su partido político de cara a las elecciones intermedias del 12 de mayo en Filipinas. Afirmó que era consciente de que la Corte Penal Internacional había emitido una orden de arresto en su contra.
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Una vez más intentó justificar la brutal represión mientras la multitud lo animaba. La policía lo arrestó al bajar del avión en el Aeropuerto Internacional de Manila basándose en una orden de la CPI.
¿Por qué fue popular Duterte en casa pero condenado internacionalmente?
Duterte, un exfiscal, congresista y alcalde durante mucho tiempo de la ciudad sureña filipina de Davao, construyó un nombre político con sus diatribas llenas de groserías contra las élites, la Iglesia Católica y Occidente. Su incontinencia verbal siempre lo caracterizó. También fue visto como populista y partidario de los pobres, pero quizás se le recuerda mejor por su enfoque brutal hacia la criminalidad, particularmente las drogas ilegales.
Bajo su represión impuesta por la policía en Davao al inicio del milenio, se estima que mil sospechosos, en su mayoría pobres, fueron asesinados extrajudicialmente. Un policía involucrado en los asesinatos en Davao que luego se distanció de Duterte le dijo a The Associated Press que hasta 10 mil sospechosos fueron ultimados por escuadrones de la muerte policiales y civiles.
El número de muertos en la represión fue alarmantemente alto durante años, ganando a Duterte apodos como “el Castigador” y “Duterte Harry”, en referencia a la película Harry el Sucio, donde el personaje principal era un policía con poco respeto por la ley.
Los activistas de derechos humanos denuncian que la gente tenía miedo de testificar contra Duterte en los tribunales.
En 2016, Duterte ganó la presidencia con una promesa audaz pero fallida de erradicar las drogas ilegales y la corrupción en un plazo de tres a seis meses, en un país que había estado cansado de la criminalidad y los escándalos de corrupción.
“Todos ustedes que están en las drogas, hijos de perra, realmente los mataré”, declaró Duterte a una multitud enorme en un evento de campaña en Manila en 2016. “No tengo paciencia, no tengo término medio. O me matan o yo los mataré, idiotas”.
Estados Unidos, la Unión Europea y otros gobiernos occidentales expresaron su alarma, lo que llevó a Duterte en 2016 a decirle al entonces presidente estadounidense Barack Obama “puedes irte al infierno” mientras amenazaba con “romper con Estados Unidos”.

¿Qué caso enfrenta Duterte ante la CPI?
La CPI inició una investigación sobre los asesinatos relacionados con las drogas bajo Duterte desde el 1 de noviembre de 2011, cuando aún era alcalde de Davao, hasta el 16 de marzo de 2019, como posibles crímenes de lesa humanidad. Duterte retiró a Filipinas en 2019 del Estatuto de Roma, el tratado fundacional de la corte, en un movimiento que los activistas de derechos humanos dicen que buscaba escapar de la responsabilidad por los asesinatos.
La administración Duterte pidió suspender la investigación de la corte global a finales de 2021 argumentando que las autoridades filipinas ya estaban investigando las mismas acusaciones y que la CPI —un tribunal de última instancia— no tenía jurisdicción.
Los jueces de apelación de la CPI dictaminaron en julio de 2023 que la investigación podría reanudarse y rechazaron las objeciones de la administración Duterte. Con sede en La Haya, Holanda, la CPI puede intervenir cuando los países no quieren o no pueden procesar a sospechosos de crímenes internacionales atroces como genocidio, crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad.
El presidente filipino Ferdinand Marcos Jr., quien sucedió a Duterte en 2022 y se vio envuelto en una amarga disputa política con el expresidente, ha decidido no reincorporarse a la corte global. Pero la administración Marcos decidió cooperar con la CPI y la orden de detención que emitió.
"Duterte fue detenido siguiendo nuestros compromisos con Interpol", dijo Marcos Jr. en una rueda de prensa, después de que el organismo internacional "pidiese ayuda" y porque "esto es lo que la comunidad internacional espera de nosotros". El presidente descartó que se trate de una "persecución política". El expresidente y Marcos Jr no se llevan bien. Duterte ha llamado "drogadicto" varias veces al actual mandatario.
Sara Duterte, la vicepresidenta de Filipinas e hija del expresidente, afirmó que su padre fue "trasladado por la fuerza" a La Haya y denunció a los medios de comunicación que el arresto estuvo motivado políticamente ante la fuerza de sus partidarios de cara a las elecciones a medio mandato del próximo 12 de mayo. Aunque Duterte hija llegó al poder con Marcos Jr., desde entonces se distanciaron y hoy están peleados a muerte.
Marcos Jr., sin embargo, rechazó haber prestado ayuda a Interpol por motivos electorales.
"No sé cómo puede ser una persecución política de mi parte, porque (el caso en la CPI) comenzó incluso antes de que yo entrara en escena" al ganar los comicios presidenciales de 2022, dijo.
China, que controla Hong Kong, y Filipinas no pertenecen actualmente a la CPI, pero ambos son miembros de Interpol. La corte global puede emitir una orden de arresto para Duterte a través de Interpol.
Un destacado político filipino estrechamente involucrado en los casos de la CPI contra Duterte le dijo a la AP durante el fin de semana que la corte global había emitido una orden de arresto para Duterte a través de Interpol. La CPI confirmó ya haber emitido una orden de arresto.

¿Por qué es polémico Duterte?
Chistes sobre la violación de una monja, comentarios machistas y graves insultos dirigidos contra personalidades como el papa Francisco o lo que dijo a Obama son parte de los legados que dejó el periodo de Duterte en el cargo.
"Con 16 años maté a una persona", confesó alguna vez.
En otra ocasión, se comparó con Hitler. “Hitler masacró a tres millones de judíos. Ahora hay aquí (en Filipinas) tres millones de drogadictos”, dijo en un discurso en su ciudad natal, Davao. “Estaría feliz de masacrarlos”, dijo. "Si Alemania tenía a Hitler, Filipinas me tendrá a mí", añadió.
"Si conocen a algún adicto, vayan y mátenlo ustedes mismos. Hacer que sus padres lo hagan sería demasiado doloroso”, señaló también.
"Esta campaña de disparar a matar se mantendrá hasta el último día de mi mandato. No me importan los derechos humanos, créanme".
Al Papa lo llamó "hijo de puta", por haber provocado atascos durante una visita al archipiélago, donde un 80% de la población se identifica como católica.
También bromeó con la violación en grupo y el asesinato de una religiosa australiana durante un motín carcelario en 1989.
"Era guapísima. Yo habría sido el primero en la cola", declaró Duterte.
Durante la pandemia de Covid-19, ordenó detener a los no vacunados que salieran de casa. "Debido a que es una emergencia nacional, mi posición es que podemos detener" a los no vacunados, señaló en un mensaje en 2022.
¿Qué pasará con Duterte?
En su discurso divagante ante trabajadores filipinos en Hong Kong el domingo, Duterte nuevamente justificó su letal campaña antidrogas, insistiendo en que estaba protegiendo al pueblo filipino.
Duterte ha negado haber autorizado asesinatos extrajudiciales, pero amenazó abierta y repetidamente con matar a traficantes de drogas cuando estaba en el cargo.
“¿Cuál fue mi pecado?” preguntó Duterte en Hong Kong. “Hice todo en mi tiempo para que los filipinos pudieran tener un poco de paz y tranquilidad”.
Indicó que estaba preparado para ir a la cárcel, pero le dijo a la multitud en broma que hicieran donaciones para la construcción de un monumento de él que, sugirió, debería mostrarlo sosteniendo un arma.
Duterte había dicho que se retiró de la política después de que su tempestuoso mandato presidencial terminó en 2022. Pero en otro giro, se registró para postularse como alcalde de Davao con uno de sus hijos como compañero de fórmula para ser vicealcalde, en las elecciones de mayo.
En Davao, se desplegaron fuerzas policiales adicionales en el aeropuerto internacional y se establecieron puntos de control adicionales, en un intento de las autoridades para estar preparadas para cualquier eventualidad antes de las elecciones intermedias. Las fuerzas en Davao y en otros lugares podrían intervenir si el arresto de Duterte provoca disturbios.

¿Cómo fue su infancia y juventud?
Miembro de uno de los clanes políticos del archipiélago y nacido en la provincia central de Leyte en 1945, Duterte es licenciado en Derecho y Ciencias Políticas a pesar de que fue expulsado de dos colegios por mala conducta.
Sus familiares lo recuerdan como un adolescente irresponsable, mujeriego y bravucón, que llegó a volar una avioneta sobre el instituto donde estudiaba para impresionar a una de sus compañeras, por lo que fue reprendido.
Tras sus estudios universitarios ocupó durante una década distintos puestos en el consistorio de la ciudad de Davao, hasta que en 1988 accedió a la alcaldía.
En esta ciudad, donde sirvió como regidor durante 22 años, Duterte puso en práctica su guerra contra las drogas a una menor escala, pero con unas consecuencias similares.
Las crónicas periodísticas de la época reflejan un político que pistola en ristre patrullaba las calles con los agentes del orden en busca de criminales.
Organizaciones en favor de los derechos humanos denunciaron entonces que Duterte ya toleró numerosos asesinatos extrajudiciales en Davao de supuestos traficantes de droga y otros presuntos delincuentes por parte de grupos vigilantes catalogados de "escuadrones de la muerte", delitos de los que entonces salió impune.
mcc