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Robert Santos, quien enfatizó la inclusividad y el alcance a comunidades desatendidas, ha decidido renunciar como director de la Oficina del Censo del Departamento de Comercio de Estados Unidos, a mitad de su mandato de cinco años y en medio de la planificación para el censo de 2030, el cual determinará el poder político y la financiación federal en todo el país para la próxima década.
Santos, quien fue nombrado por el expresidente demócrata Joe Biden, dijo en una carta el jueves por la noche que había tomado la decisión “tras una profunda reflexión”. Santos fue juramentado como el 26to director de la oficina y su primer líder hispano, en 2022.
Su salida planeada abre el camino para que el presidente republicano Donald Trump reforme el liderazgo de la agencia mientras sus aliados en el Congreso y entre los fiscales generales estatales del Partido Republicano renuevan esfuerzos para excluir a las personas en Estados Unidos ilegalmente de los números utilizados para repartir los escaños del Congreso y los votos del Colegio Electoral entre los estados.
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Un republicano experto en redistribución de distritos escribió que usar la población de ciudadanos en edad de votar en lugar de la población total para el propósito de redibujar distritos congresuales y legislativos podría ser ventajoso para los republicanos y los blancos no hispanos. Los números del censo también guían la distribución de 2,8 billones de dólares en fondos federales a los estados para carreteras, atención médica y otros programas.
Grupos de derechos civiles el viernes instaron a Trump a nombrar un líder imparcial para dirigir la agencia estadística más grande de la nación.
“La integridad de la Oficina del Censo de Estados Unidos debe permanecer por encima de la influencia partidista, asegurando que la recolección de datos y la presentación de informes continúen sirviendo al pueblo estadounidense con precisión, transparencia y equidad”, señaló en un comunicado la Conferencia de Liderazgo sobre Derechos Civiles y Humanos.
Además de la planificación para el censo de 2030, Santos y otros líderes de la oficina supervisaban cambios en los cuestionarios para el próximo censo decenal y la Encuesta Comunitaria Americana anual en lo que respecta a la orientación sexual y la identidad de género, así como la raza y la etnicidad.
Se planificaron preguntas sobre orientación sexual e identidad de género para la encuesta anual de la vida estadounidense de 2027 por primera vez. La oficina también estaba implementando una directiva del gobierno de Biden para combinar preguntas sobre raza y etnicidad y agregar una nueva categoría de Oriente Medio y Norte de África.
Una ley que establece un mandato de cinco años para los directores de la Oficina del Censo se aprobó en 2012 para proporcionar continuidad en la cantidad de planificación requerida para cada censo. Pero los tres directores que han liderado la agencia desde entonces han renunciado antes que sus mandatos expiraran, ya sea justo antes o después de los cambios en las administraciones.
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“El objetivo era aislar la planificación del censo decenal de la política presidencial, y eso claramente no está funcionando”, dijo la historiadora Margo Anderson. “El tiempo apremia aquí”.
Durante su mandato, Santos enfatizó en restaurar la confianza en la Oficina del Censo después del primer mandato de Trump. Muchos observadores del censo sintieron que el gobierno de Trump intentó politizar el censo de 2020 instalando un gran número de nombramientos políticos en la agencia y a través de esfuerzos fallidos para evitar que las personas que radican en Estados Unidos sin autorización legal fueran contadas para la asignación.
La Enmienda 14 de la Constitución establece que “el número total de personas en cada estado” debe ser contado para las cifras utilizadas para la asignación.
A Howard Lutnick, la elección de Trump para ser secretario de Comercio, que supervisa la Oficina del Censo, se le preguntó durante una audiencia de confirmación esta semana si contará a cada persona durante el censo. Respondió: “Te prometo que contaremos a cada persona... Eso es lo que dice la Constitución, y nos apegaremos rigurosamente a ello”.
Antes de unirse a la Oficina del Censo, Santos fue vicepresidente y principal metodólogo en el Urban Institute y había pasado cuatro décadas en investigación de encuestas, diseño estadístico y análisis y gestión a nivel ejecutivo. El oriundo de Texas dijo en su carta que planeaba pasar tiempo con su familia en su jubilación.
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