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San José.- En 2023, y siendo todavía presidente de El Salvador, el publicista derechista salvadoreño Nayib Bukele aceptó entrar a negociaciones secretas con un intermediario del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), uno de los más poderosos de México, y ofrecerle un millón de dólares para que le ayudara a recapturar a uno de los más importantes jefes mareros o pandilleros del país centroamericano.
La revelación fue hecha este viernes por el periódico digital salvadoreño El Faro, uno de los principales medios de comunicación de El Salvador. En noviembre pasado, Bukele obtuvo seis meses de licencia legislativa para competir en las elecciones del 4 de febrero próximo y en su lugar, como designada presidencial, eligió a una aliada, la contadora derechista Claudia Rodríguez, en su reemplazo hasta junio de 2024.
El Faro publicó que el gobierno de Bukele, que inició en junio de 2019, “conspiró con líder pandillero para recapturar” por intermedio “de un cártel mexicano” al salvadoreño Élmer Canales Rivera, alias “Crook” y uno de los jerarcas nacionales de la Mara Salvatrucha (MS—13), una de las dos tenebrosas pandillas que operan en El Salvador, Guatemala, Honduras, México, más de 36 estados de Estados Unidos y con redes en Europa.
La otra pandilla es la Mara 18 (M—18), que tiene dos ramificaciones: Barrio 18 Revolucionarios y Barrio 18 Sureños.
Canales fue “liberado en secreto por el gobierno salvadoreño en noviembre de 2021, como parte de los acuerdos que Bukele pactó” con la MS—13 y las dos de la M—18, precisó El Faro.
“Cuando (Canales) fue liberado, el veterano pandillero de la MS-13 estaba condenado a 40 años de prisión y solicitado en extradición por EU. Esto último agregaba otro elemento de premura al gobierno salvadoreño: saber que no era el único participando en la cacería”, informó.
El gobierno salvadoreño seguía este sábado sin emitir una reacción oficial a las revelaciones periodísticas.
CJNG recapturaría a peligroso líder pandillero de El Salvador y lo entregaría
El gobierno de Bukele “estuvo dispuesto a pagar un millón de dólares al poderoso cártel mexicano Jalisco Nueva Generación para que raptara al líder pandillero y lo entregara –de preferencia vivo– en una ubicación secreta”, añadió el medio digital.
“Audios y mensajes de teléfono en poder de El Faro revelan que el gobierno de Bukele intentó recapturar al líder marero” que operó con el alias de “Crook”, precisó.
El diario digital aseguró que “comprobó” que el inspector salvadoreño Raúl Eduardo Reyes Escuintla, jefe de la División Élite Contra el Crimen Organizado de la Policía Nacional Civil de El Salvador, “se involucró durante varios meses de 2023 en conversaciones” con “coyotes” o traficantes de personas “y un líder pandillero prófugo”.
Según la revelación periodística, las autoridades salvadoreñas “revelaron” a ese fugitivo “información de inteligencia, pagaron viáticos y concedieron la liberación de su hermana a cambio de que negociara con el Cártel Jalisco Nueva Generación la recaptura” de “Crook”, ya detenido en EU.
El inspector Reyes “acudió a los bajos fondos en busca de aliados con contactos en el mundo criminal mexicano”, por lo que “sondeó primero con traficantes de personas—con bastos prontuarios delictivos y perfilados por la policía como delincuentes desde hacía años—, pero estos no supieron, o no quisieron, asumir el encargo”, agregó.
“Pero uno de esos coyotes conocía desde la infancia a un hombre que con los años terminó escalando a lo más alto del Barrio 18 Sureños y le pareció una buena idea incluirlo en el entuerto: Rafael Eduardo J, alias “Rafa” o “Chafa”, prófugo de la justicia desde 2016, cuando fue acusado de extorsión”, añadió.
De acuerdo con el reporte, “Rafa” propuso a Escuintla que “si la policía le proporcionaba datos de inteligencia que indicaran el paradero de ‘Crook’, él coordinaría con el Cártel Jalisco Nueva Generación una operación relámpago para raptarlo”.
“Desde luego, aseguró Rafael al policía, el cártel no trabajaría gratuitamente, ni tampoco su pandilla, ni tampoco él, y habría que negociar un precio para cada uno. Solicitó además dinero de ‘viáticos’ para movilidad y comunicación. El inspector Escuintla le aseguró (en una llamada telefónica) que eso no sería un problema. Rafael dice que acordaron 6 mil 500 dólares para viáticos, pero sólo recibió 4 mil, entregados a su familia en efectivo”, puntualizó.
Tras advertir que el CJNG se consolidó como una de las narcomafias más importantes de México, en choque con el Cártel de Sinaloa, El Faro relató:
“Rafael dijo al policía que utilizaría el dinero de los viáticos para viajar por México tejiendo una red de contactos entre su pandilla y representantes del cártel. Acordaron incluso una cobertura: el inspector Escuintla se haría pasar por un empresario a quien supuestamente ‘Crook’ había afectado y que ahora buscaba venganza. No se le diría al cártel que estaba negociando con funcionarios del gobierno salvadoreño. Pero siempre había un retraso; Rafael postergaba la reunión con los señores del narco”.
Cuando el medio buscó telefónicamente a Escuintla para pedirle su reacción a los informes en su poder, el inspector cortó la comunicación.
La publicación narró:
“Rafael ideó la forma de venderle al gobierno lo que el gobierno quería: entró en contacto con el inspector Escuintla y a lo largo de 10 meses le contó que su pandilla estaba organizada en México y que, como parte de sus actividades criminales había entrado en contacto con el Cártel Jalisco Nueva Generación, que él mismo tuvo que salir hacia el sur de México para generar ‘las confianzas’ necesarias con los enlaces del cártel hasta conseguir que estuvieran listos. Finalmente, les dijo que el valor acordado era un millón de dólares para el cártel, 250 mil dólares para el Barrio 18 Sureños y 50 mil para él. Todo fue una mentira. Rafael jamás involucró a su pandilla, nunca entró en contacto con CJNG, jamás fue a México y nunca hubo unos mafiosos discutiendo el precio de un rapto”.
Mientras tanto, “Crook” fue detenido el 8 de noviembre de 2023 el Buró Federal de Investigaciones de EU (FBI por sus siglas en inglés) en Chiapas, México. “Rafa” y su hermana liberada por El Salvador en las fallidas negociaciones para capturar a “Crook” entraron ese mes a EU “bajo la protección” de las autoridades estadounidenses, subrayó el medio.
Bukele implantó desde marzo de 2022 un sistema en El Salvador para restablecer la seguridad ciudadana al imponer un estado de excepción con fuerzas militares y policiales, ejecutar arrestos masivos indiscriminados y arbitrarios, efectuar juicios multitudinarios con sentencias en bloque y construir cárceles para 40 mil reclusos.
El cuestionado mandatario mandó encarcelar a más de 70 mil presuntos criminales—mujeres y hombres, menores de edad y en especial miembros de las pandillas—y logró reducir los homicidios y otros índices, pero agravó las presuntas violaciones a los derechos humanos atribuidas a las estructuras estatales de seguridad.
Bukele rompió en El Salvador con casi 30 años de control indiscriminado de calles y barrios de las maras y bajó los homicidios, pero a un alto costo democrático y con denuncias de violar los derechos humanos al amparo de la seguridad.
Al asumir su quinquenio en junio de 2019, Bukele avanzó al autoritarismo, ganó en febrero de 2021 los comicios parlamentarios, extendió en mayo de ese año su mando del Poder Ejecutivo a los poderes Legislativo, Judicial y Electoral, emprendió en marzo de 2022 la campaña anti—maras y sacó a El Salvador de la lista de países más violentos. Con el dominio judicial, logró que el aparato constitucional le autorizara en 2021 su reelección consecutiva en 2024.
El Faro recordó que Bukele sostuvo en 2020 negociaciones con las pandillas dentro de penales de máxima seguridad para “conseguir que el número de asesinatos en El Salvador” mantuviera su ritmo a la baja. Bukele negó esas negociaciones. El Faro insistió en que, en esas gestiones, las maras pidieron “mejoras en las condiciones de vida carcelarias y beneficios para sus miembros en libertad”.
La MS—13 y su enemiga, la M—18, tuvieron su raíz en el decenio de 1980 en las calles de California entre centenares de miles de salvadoreños, hondureños y guatemaltecos que emigraron a esa zona para huir de las guerras en Centroamérica y establecieron mecanismos para defenderse de pandillas de blancos, negros, asiáticos y otras etnias y redes.
Los primeros mareros viajaron entre 1990 y 1993 de EU a Honduras, Guatemala y El Salvador en masivas deportaciones de migrantes irregulares. Ya en sus países de origen, reprodujeron el modelo de pandilla, con extorsiones, asesinatos, asaltos, robos y otras modalidades y luego nexos con el crimen organizado transnacional para sicariato y narcomenudeo, por lo que son acusadas responsables de la violencia en el Triángulo Norte.
El nexo de las dos maras con el crimen organizado se desarrolló en particular para el movimiento de drogas en asocio con cárteles o narco—mafias mexicanas, en trata de personas con fines de migración irregular y en contrabando de armas, aunque también hay vínculos para servicio de sicariato y protección de cargamentos de sustancias ilícitas.
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