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El Paso.— Cientos de personas rechazaron ayer el movimiento de la supremacía blanca y el odio contra la comunidad latina en una protesta organizada en la ciudad fronteriza de El Paso, Texas, donde el sábado pasado un sujeto perpetró una masacre en un Walmart: acabó con la vida de 22 personas y dejó 24 heridas.
La gente marchó por el centro de El Paso. El grupo coreó: “Reforma de armas, ¡ya!”, y, en español: “Aquí estamos y no nos vamos”. La Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (Lulac) organizó su Marcha por un Estados Unidos Unido. “Es un momento muy trágico y emocionante para nosotros aquí en Estados Unidos y en El Paso. El racismo, la supremacía blanca y el fanatismo no tienen cabida en nuestras comunidades. ¡Ya basta!”, exclamó Domingo García, presidente del grupo.
Jessica Coca García, herida en el ataque del fin de semana pasado, fue una oradora. “El racismo es algo que yo quería pensar que no existía. Evidentemente, sí existe”, dijo García, alzándose de su silla de ruedas. Llevaba una pierna envuelta en vendas. “Te amo, El Paso”, dijo con voz quebrada por la emoción.
La protesta llegó un día después de que se diera a conocer que el autor del tiroteo en El Paso confesó a la policía cuando fue detenido que su objetivo era matar a “mexicanos”. El supuesto responsable del ataque, Patrick Crusius, de 21 años, dijo a los oficiales que él fue quien abrió fuego contra una multitud en un Walmart de El Paso.
A la protesta se sumaron otros grupos latinos y políticos, como uno de los precandidatos demócratas, Beto O’Rourke, nacido en El Paso, quien calificó el tiroteo de “acto de terror violento y racista”. Celebró que la comunidad se haya mantenido “unida” después del ataque sufrido.