La situación política de Bolivia es hostil ya que durante los últimos meses ha aumentado la rivalidad entre el presidente actual Luis Arce y el exmandatario en tres ocasiones Evo Morales. Aunque ambos personajes solían ser aliados "de izquierda" durante el año en el que Arce asumió el cargo, actualmente sobrellevan una relación de enemistad que ha desestabilizado al país.
En diciembre de 2023, el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) de Bolivia sentenció que la reelección indefinida no era un derecho humano y, por lo tanto, Evo Morales quedaba inhabilitado en las elecciones presidenciales de 2025 para ejercer un cuarto periodo de Gobierno.
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Desde entonces, Morales ha señalado al liderazgo de Arce por "complicidad" con los magistrados que buscaban "plan negro" en su contra. Según declaró, el mandatario seguía "órdenes del imperio" y conspiraba con "la derecha boliviana".
El golpe de Estado que no fue
"Denunciamos movilizaciones irregulares de algunas unidades del Ejército Boliviano. La democracia debe respetarse", esas fueron las palabras que el presidente Luis Arce difundió en su cuenta de X el 26 de junio cuando denunció un intento de golpe de Estado.
Durante ese día, vehículos blindados chocaron contra las puertas del palacio de Gobierno de Bolivia, a lo que Arce dijo que se estaba llevando a cabo un despliegue "irregular" de tropas en la capital.
Un video difundido por una cadena televisiva boliviana mostraba a Luis Arce confrontando al comandante general del Ejército, Juan José Zúñiga, en el vestíbulo del recinto. El mandatario afirmó "ser su capitán" y le ordenó que retirara a sus soldados, asegurando que no permitiría esa "insubordinación".
Juan José Zúñiga salió del palacio de gobierno y el supuesto golpe no se consolidó porque los militares decidieron retirarse después de que el presidente cambiara a todo el alto mando militar.
En el transcurso de la tarde, líderes mundiales y organismos internacionales condenaron de manera enérgica y se pronunciaron en favor de la democracia boliviana ante el intento de golpe de Estado.
Algunos presidentes que externaron su apoyo a Arce fueron Luiz Inácio Lula da Silva, de Brasil; Andrés Manuel López Obrador, de México; Nicolás Maduro, de Venezuela; Miguel Díaz-Canel Bermúdez, de Cuba; Pedro Sánchez, de España, entre otros.
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En un comienzo, Evo Morales declaró que "se gestaba el golpe de Estado" debido a que "se desplegó personal de las Fuerzas Armadas y tanquetas en la Plaza Murillo" y convocó a una movilización popular para defender la democracia y no permitir que se "amedrente al pueblo".
Sin embargo, el primero de julio, Evo denunció supuestas irregularidades en el intento de golpe de Estado, insinuando que era "importante una investigación completa e independiente" capaz de demostrar la veracidad de este acontecimiento. A partir de aquel golpe de Estado que no fue, la relación Morales-Arce se tornó todavía más complicada.
Morales, acusado de estupro y trata de personas
El 26 de septiembre, tras una marcha de 187 kilómetros convocada por Evo Morales y sus seguidores posterior a un ultimátum impuesto al Gobierno de Arce en una pelea por el control del partido oficialista Movimiento al Socialismo (MAS), en la Fiscalía de Tarija el exmandatario fue denunciado de supuesta trata de personas y estupro durante su mandato en 2015.
A estas acusaciones, Luis Arce arremetió contra Evo Morales y prometió que "nadie puede salir impune cuando hay una investigación en su contra"; asimismo, sentenció que a "a los niños no se les toca" y que no quería que "ese tema se politice".
Evo Morales, por su parte, se defendió argumentando que operaban de manera similar a la expresidenta Janine Áñez, quien "lo perseguía por un estupro inventado que fue rechazado por la Justicia hace varios años". De acuerdo al exlíder, lo atosigaban por razones políticas y con intenciones de criminalizar la protesta.
Tras estas denuncias, federaciones de cocaleros del Trópico de Cochabamba y ciudadanos afines a Morales se declararon en "alerta máxima" y responsabilizaban al Gobierno por cualquier "insurgencia" si Evo era capturado por la justicia.
Este presunto caso de persecución política desembocó una serie de protestas ciudadanas a lo largo de Bolivia.
Protestas y bloqueos de carreteras en favor de Evo
En el mes de octubre, grupos de campesinos seguidores de Evo Morales consolidaron bloqueos de carreteras para evitar una posible sanción en contra del exmandatario por las denuncias de presunto abuso sexual en su contra.
Estos protestantes, según la estatal Autoridad Boliviana de Carreteras, cortaron el tráficos en las vías que conectan Cochabamba, en el centro del país, con las ciudades de La Paz, Sucre y Santa Cruz.
En los bloqueos hubo registro de conflictos entre civiles y elementos policiales; de acuerdo a fuentes locales, los manifestantes usaron piedras, petardos e hicieron fogatas; los policías, en cambio, respondió a los ataques con gas lacrimógeno.
El Pacto de Unidad, una junta de organizaciones afines a Morales, dijeron que la movilización era para "resguardar la libertad e integridad" de Evo y "evitar su secuestro". El Gobierno de Arce hizo, sin éxito, un llamado al diálogo.
Evo Morales se ha mantenido firme a su plan de contender en las elecciones presidenciales de 2025.
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