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Washington. El asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, se convirtió este jueves en el primer miembro del gabinete del presidente estadounidense Donald Trump en caer por el escándalo conocido como Signalgate. ¿De qué se trata?
El caso alude al uso, por parte del gabinete de Trump, de un entorno digital abierto para intercambiar información de un ataque militar, y ha supuesto el episodio más vergonzoso hasta la fecha para el segundo gobierno de Donald Trump.
Fue Waltz quien creó un chat en la plataforma comercial Signal. En él, incluyó a figuras como el secretario de Defensa, Pete Hegseth; el secretario de Estado, Marco Rubio, la Directora Nacional de Inteligencia, Tulsi Gabbard, y el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA).
En ese chat hablaron de los preparativos y el desarrollo de una ofensiva sobre rebeldes hutíes en Yemen en vez de hacerlo con dispositivos con air gap (no conectados a internet), un estándar para cargos con acceso a material sensible en Estados Unidos.
El otro error de Waltz en el Signalgate
Para agravar la situación, por error Waltz incluyó en el chat a Jeffrey Goldberg, editor de la revista The Atlantic.
Goldberg dio a conocer la existencia del chat y señaló que en él se habían discutido planes de ataque contra los hutíes que sí se llevaron a cabo, sin dar más detalles. Aunque en un primer momento el periodista pensó que se trataba de alguna broma, después se dio cuenta de que no era así.
Al verse exhibidos, los funcionarios del gobierno insistieron en que no se había compartido en el chat información clasificada. Eso llevó a Goldberg a publicar pantallazos que mostraban que se discutió no sólo cómo se realizaría el ataque, sino cuándo, a qué hora, los objetivos y el tipo de armamento a utilizar.
El escándalo dejó en una endeble posición a Waltz, por haber creado el chat, y a Hegseth, de quien posteriormente se reveló que había compartido la información, en la misma plataforma de Signal, con miembros de su familia y otras personas.
El caso dejó al descubierto, a la vez, la costumbre extendida entre funcionarios en Washington de coordinarse por apps de mensajería (o mediante el uso de teléfonos particulares) y planteó preguntas sobre si este comportamiento se ha repetido anteriormente y si, por tanto, países como Rusia o China han podido espiar regularmente este tipo de conversación, o sobre si el uso de Signal -que destruye los mensajes pasado un tiempo- viola leyes federales.
Hasta ahora, Trump había defendido a su equipo. Cuestionado sobre si despediría a Waltz, el mandatario alegó que se trata de un "buen hombre" y que "aprendió la lección". La gran pregunta, tras la caída de Waltz, es... ¿Habrá más?
mcc