9 magistrados de la Corte Suprema de Justicia de EE.UU.
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Primera fila: Samuel Alito, Clarence Thomas, John Roberts, Stephen Breyer y Sonia Sotomayor. En segunda fila: Brett Kavanaugh, Elena Kagan, Neil Gorsuch y Amy Coney Barrett

¿Qué dice la sentencia que eliminó el derecho constitucional al aborto en EE.UU.?

Este viernes la Corte Suprema de Justicia de EE.UU. hizo pública su decisión de derogar el precedente de hace 50 años, un caso determinante para el futuro del derecho al aborto en el país.

  1. La Corte Suprema de EE.UU. deroga Roe vs. Wade y elimina el derecho constitucional al aborto en todo el país

En el texto de 213 páginas los jueces presentan la decisión, con sus apéndices, así como la posturas a favor y en contra.

En BBC Mundo compartimos los puntos más importantes de dicha sentencia.

La decisión

La Corte tomó una decisión frente al caso Dobbs vs. la Organización de Salud Femenina Jackson.

La organización Jackson buscaba anular una ley del estado de Mississippi que prohibe el aborto después de las 15 semanas de embarazo (tres meses y medio) a menos de que sea un caso médico de emergencia o que exista una anormalidad fetal severa.

Es decir, Jackson buscaba conseguir que en Mississippi fuera posible abortar en cualquier momento del embarazo. Su principal argumento era que dicha ley violó los precedentes de la Corte que establecen que el aborto es un derecho constitucional (caso Roe vs Wade).

La decisión de la Corte fue a favor de la ley de Mississippi con una votación de 6 contra 3. Y lo más relevante es que al fallar a favor del estado, la Corte de mayoría conservadora efectivamente puso fin al derecho constitucional al aborto.

Esto porque anula dos sentencias clave que protegían el acceso al aborto: Roe vs. Wade, de 1973, y Planned Parenthood vs. Casey, de 1992.

La postura a favor

El dictamen de la Corte fue escrito por el juez Samuel Alito, quien expresó que el aborto "presenta un problema moral profundo sobre el cual los estadounidenses tienen puntos de vista muy opuestos".

Y continuó diciendo que la Constitución no menciona el aborto como derecho y tampoco lo garantiza a través del derecho más amplio a la libertad.

juez Samuel Alito
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Juez Samuel Alito

En el texto, de 79 paginas, hace referencia a la visión que se tenía del aborto antes de 1973, cuando se dio la sentencia de Roe:

"No solo no hubo apoyo para tal derecho constitucional hasta poco antes de Roe, sino que el aborto había sido durante mucho tiempo un delito en todos los estados.

"En el derecho consuetudinario, el aborto era un delito en al menos algunas etapas del embarazo y se consideraba ilegal y podía tener consecuencias muy graves en todas las etapas.

"El derecho estadounidense siguió al derecho consuetudinario hasta que una ola de restricciones legales en el siglo XIX amplió la responsabilidad penal por los abortos. En el momento de la adopción de la Decimocuarta Enmienda, tres cuartas partes de los estados habían hecho del aborto un crimen en cualquier etapa del embarazo, y los estados restantes pronto seguirían"

Y de ahí que considere que la sentencia de Roe "ignoró o tergiversó esta historia", mientras que la del caso de Casey "se negó a reconsiderar el análisis histórico defectuoso de Roe".

Esto último está relacionado, también, al stare decisis que quiere decir "mantenerse con lo decidido" y que se refiere a la idea de que los tribunales no deben anular su precedente anterior a menos que exista una razón convincente para hacerlo.

Lo cual era crucial en este caso porque sustentaba, en parte, la demanda sobre mantener la decisión de las sentencias de Roe y Casey.

Pero aunque Alito reconoce en su texto la importancia del stare decisis cuando dice que "juega un papel importante y protege los intereses de quienes han actuado basándose en un decisión pasada", y que "reduce los incentivos para desafiar los precedentes establecidos, ahorrando a las partes y a los tribunales el costo de un nuevo litigio interminable", finalmente concluye que "no es una orden inexorable" y que "algunas de las decisiones constitucionales más importantes de la Corte han invalidado precedentes anteriores".

Como él, cuatro jueces más estuvieron a favor: Neil Gorsuch, Brett Kavanaugh, Amy Coney Barrett y Clarence Thomas

Parcialmente a favor

El presidente del tribunal supremo, John Roberts, escribió su opinión por separado.

Roberts aclara en su texto que si bien estuvo de acuerdo con la decisión de defender la ley de Mississippi, lo habría hecho sin anular formalmente las sentencias de Roe y Casey.

John Roberts
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John Roberts, presidente del Tribunal Supremo

Parte de su argumento dice que "por adhesión a un simple y sin embargo fundamental principio de la moderación judicial: si no es necesario decidir más para disponer de un caso, entonces es necesario no decidir más. Tal vez no siempre seamos perfectos en seguir ese mandato, y ciertamente hay casos que ameriten una excepción. Pero este no es uno de ellos".

"La opinión de la Corte es reflexiva y minuciosa, pero esas virtudes no pueden compensar el hecho de que su pronunciamiento dramático y consecuente sea innecesario para decidir el caso que nos ocupa"

La postura en contra

Los tres magistrados que discreparon con la mayoría son Stephen Breyer, Sonia Sotomayor y Elena Kagan.

Ellos escribieron un texto conjunto de 65 páginas que incluye apéndices, en el que expresan su desacuerdo en dejar el tema del aborto a decisión de los estados

Advirtieron que la mayoría "trata de ocultar la expansión geográfica" de la decisión que "permite que cada Estado aborde el aborto como le plazca", pues es un "frío consuelo" para aquella mujer pobre que "no puede conseguir el dinero para volar a un estado lejano para un trámite".

Stephen Breyer y Sonia Sotomayor
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Stephen Breyer y Sonia Sotomayor

"Sobre todo, las mujeres que carecen de recursos económicos sufrirán la decisión de hoy. En cualquier caso, las restricciones interestatales también estarán a la vista".

"Después de esta decisión, algunos estados pueden impedir que las mujeres viajen fuera del estado para obtener abortos, o incluso recibir medicamentos abortivos de fuera del Estado".

"Algunos pueden criminalizar esfuerzos, incluida la provisión de información o financiación, para ayudar a las mujeres a obtener acceso a los servicios de aborto de otros Estados".

"Lo más amenazante de todo es que no hay lenguaje en la decisión de hoy que evite que el gobierno federal prohíba los abortos a nivel nacional, una vez más desde el momento de la concepción y sin excepciones por violación o incesto".

Además, advierten que "el reto de una mujer será financiar un viaje no a Nueva York [o] California, sino a Toronto (Canadá)".

Y que "cualquiera que sea el alcance de las próximas leyes", concluyeron, "un resultado de la decisión de hoy es seguro: la reducción de los derechos de las mujeres y de su condición de ciudadanas libres e iguales".


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