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El presidente ruso, Vladimir Putin, acusado por Occidente de permitir la sangrienta ofensiva de Damasco contra el bastión opositor de Guta Oriental, ordenó ayer una tregua humanitaria desde hoy para evitar más víctimas civiles, luego de que la ONU urgiera al cese el fuego con el fin de ayudar a civiles afectados por los ataques, que dejaron 22 muertos el lunes.
“Por orden del presidente ruso y con el objetivo de evitar víctimas entre la población civil de Guta Oriental, desde el 27 de febrero (...) se introducirá una pausa humanitaria”, anunció Serguéi Shoigú, el ministro de Defensa ruso. La tregua, que el ministro vinculó directamente con la resolución 2401 aprobada el fin de semana por el Consejo de Seguridad de la ONU, entrará en vigor diariamente a las 09:00 de la mañana y expirará a las 14:00 horas.
Rusia no se limitó a anunciar una tregua, sino que “abrirá un corredor humanitario para la salida de civiles” y la evacuación de heridos y enfermos de Guta Oriental.
El Centro de Reconciliación Ruso, con sede en la base rusa de Jmeimim, en Siria, precisó que las pausas humanitarias se producirán en las localidades de Duma y Arbil.
“Durante ese tiempo las fuerzas gubernamentales sirias cesarán sus ataques contra los terroristas”, dijo el general ruso Yuri Yevtushenko.
El militar hizo un llamado a los “terroristas” para que retiren las minas de las vías de acceso a los corredores humanitarios, “para que la población pueda abandonar Guta Oriental”.
Yevtushenko denunció que los terroristas retienen a cientos de civiles, incluidos mujeres y niños, a los que impiden abandonar el enclave, además de que siguen lanzando ataques de mortero contra Damasco.
La resolución de la ONU, que Rusia aceptó no vetar sólo después de ciertos cambios, demanda “que todas las partes cesen las hostilidades sin retraso” y que se comprometan a mantener una “pausa humanitaria de al menos 30 días consecutivos en toda Siria”. Su principal objetivo es permitir la entrada segura de los suministros de ayuda humanitaria con destino a la población necesitada.
“Es hora de parar este infierno sobre la Tierra”, había afirmado sólo unas horas antes en Ginebra el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres.
Putin, que ya ha ordenado varios pausas humanitarias desde que las tropas rusas intervinieran en el país árabe en 2015, tomó la decisión tras abordar la escalada de tensión en Siria con su plana mayor, incluido Shoigú y el ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov. En dicha reunión, según informó el Kremlin, también se denunciaron “las continuas provocaciones de los terroristas”, que controlan Guta Oriental.
El Kremlin se comprometió a cumplir la 2401 con la condición de que no incluya a los “terroristas” y no suponga un obstáculo para las acciones militares de Damasco contra los yihadistas. La postura rusa es bien conocida: hay que proteger a la población civil, pero la prioridad para la comunidad internacional debe ser acabar de una vez con todas con la amenaza terrorista.
Al respecto, Guterres recordó que las partes en conflicto y los países con influencia política y militar tienen “absoluta obligación de proteger a los civiles... Los esfuerzos por luchar contra el terrorismo no reemplazan estas obligaciones”.
Estados Unidos urgió también a Rusia a usar su “influencia” para alcanzar un “inmediato” y total cese del fuego en Guta oriental.
“El régimen sirio y sus aliados rusos e iraníes continúan atacando Guta oriental, un suburbio densamente poblado de Damasco, pese al cese del fuego al que llamó el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas”, tuiteó la portavoz del departamento de Estado, Heather Nauert.
“EU llama a la detención inmediata de las operaciones ofensivas y a abrir con urgencia el acceso a los trabajadores humanitarios para que curen a los heridos y entreguen la ayuda, absolutamente necesaria”, escribió Nauert, quien añadió: “Rusia tiene la influencia necesaria para poner término a esas operaciones”.
En tanto, bombardeos de la aviación siria y rusa y el fuego de artillería de las fuerzas gubernamentales siguieron golpeando ayer a Guta Oriental, donde 22 personas murieron. Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, 11 civiles de una misma familia, entre ellos seis menores, fallecieron la madrugada del lunes por un ataque aéreo. Otras 10, por disparos de la artillería de las tropas gubernamentales en Duma, y uno por un ataque en Harasta.
Con las víctimas mortales de hoy, ascienden a 561 las personas que han muerto en Guta Oriental, entre ellas 139 menores y 83 mujeres, desde el inicio de la escalada de los ataques el pasado 18 de febrero.