Los habitantes de Hong Kong recibieron con protestas la entrada en vigor de la nueva ley de seguridad aprobada por China.
Las autoridades chinas aprovecharon para estrenar la norma contra la secesión, subversión y terrorismo con 360 detenidos.
Los simpatizantes de Pekín ven la ley como necesaria para poner fin a la ola de protestas registradas en la excolonia británica desde el año pasado.
Para los activistas a favor de la democracia, la norma es un golpe definitivo a la libertad de expresión y al principio de "un país, dos sistemas".
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Expertos legales coinciden en que la ley supone un cambio fundamental en el sistema legal del territorio.
La norma introduce nuevos delitos y duras penas de hasta cadena perpetua, además de que autoriza a las fuerzas de seguridad de Pekín de operar legalmente en Hong Kong con impunidad.
Pekín se atribuye amplios poderes que nunca antes había tenido para moldear la vida de la excolonia.
Un análisis de NPC Observer, un equipo de expertos legales de Estados Unidos y Hong Kong, señaló lo que considera los aspectos más preocupantes.
"Sus previsiones penales están hechas de una manera muy vaga para abarcar lo que se había considerado protegido por la libertad de expresión", señala NPCO en su sitio web.
El articulo 29 es un buen ejemplo de esta falta de concreción en los términos al señalar que cualquiera que conspire con extranjeros para provocar odio al gobierno chino o las autoridades de Hong Kong puede estar cometiendo un delito.
¿Eso incluye criticar al Partido Comunista?
Normas subjetivas y maleables
El miércoles, en una comparecencia ante la prensa, a la secretaria de Justicia de Hong Kong, Teresa Cheng, le preguntaron exactamente qué significaba la provisión. No pudo dar una respuesta clara.
El articulo 55 también contiene un lenguaje muy abierto a la interpretación. Le da a las fuerzas de seguridad chinas el derecho a investigar casos de seguridad nacional "complejos", "serios" o "difíciles".
Como anota NPCO, esas palabras son "muy subjetivas y maleables".
Organizaciones de derechos humanos apuntan que la ley parece erosionar protecciones antes ofrecidas a los procesados.
Los juicios pueden celebrarse en secreto (artículo 41) y sin jurado (artículo 46). Los jueces pueden ser elegidos a dedo (artículo 44) por la jefatura ejecutiva de Hong Kong, que responde directamente a Pekín.
La ley también elimina el principio de que el procesado tiene derecho a la libertad bajo fianza (artículo 42).
La misma provisión también sugiere que no hay límite para la detención provisional, solo dice que los casos serán tramitados "en su debido tiempo".
Casos enteros, desde investigaciones hasta juicios y condenas, pueden ser simplemente traspasados a las autoridades de la China continental (artículo 56).
Agentes intocables
Donald Clarke escribió para el blog China Collection que "si alguna vez has dicho algo que pueda haber ofendido a la República Popular China o a las autoridades de Hong Kong, no vayas a Hong Kong".
Clarke, de la Facultad de Derecho de la Universidad George Washington (Estados Unidos), dijo que la mayor preocupación eran las instituciones y procesos que la nueva ley establece.
La norma permite a China instalar la Oficina para la Salvaguardia de la Seguridad Nacional en Hong Kong como una agencia de la China continental con personal de fuera de Hong Kong.
El artículo 60 deja claro que cualquiera que trabaje ahí no tiene que obedecer las leyes de Hong Kong. No estarán sujetos a "inspección, registro o detención".
Como dice Clarke: "Son intocables".
Claudia Mo, una legisladora opositora de Hong Kong, dijo que el objetivo de la regulación es "aturdir a Hong Kong hacia la nada".
"La gente está tan petrificada, asustada e intimidada que no se van a atrever a decir ni hacer nada.
Por supuesto, esta no es la visión de Pekín.
Zhang Xiaoming, de la Oficina de Asuntos para Hong Kong y Macau, dijo el miércoles, que la ley va a devolver la estabilidad al territorio.
Va a poner a Hong Kong más en línea con las leyes, procedimientos y prácticas de la China continental.
Pienses o no que la ley era necesaria, es innegable su importancia. O, en palabras de la jefa ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, "es un punto de inflexión".
*Esta es una adaptación de un artículo escrito por Michael Bristow, de la BBC.
lsm