Washington.— La Cámara de Representantes de Estados Unidos publicó el informe que describe con todo lujo de detalles y una narrativa exhaustiva todas las evidencias que demostrarían, en su opinión, que el presidente Donald Trump abusó de su poder y trató de obstruir la investigación de su mala praxis con respecto a Ucrania, algo que le llevará a un destino muy concreto y claro: el impeachment.

“La evidencia de la mala conducta del presidente es abrumadora y también lo es su obstrucción al Congreso. De hecho, sería difícil imaginar un caso de obstrucción más fuerte o más completo que el demostrado por el presidente desde que comenzó la investigación”, advierte el reporte.

Son 300 páginas que resumen más de dos meses de trabajo, horas de testimonios y miles de documentos que, como se especifica desde el principio del texto, van más allá de la célebre llamada del 25 de julio entre Trump y el presidente ucraniano, Volodomir Zelensky, que destapó todo el escándalo. “La investigación... destapó un esfuerzo de meses deTrump para usar los poderes de su cargo para solicitar la interferencia extranjera en su nombre en la elección de 2020”, dice la primera frase.

La llamada no fue “ni el principio del final” de una trama que también involucró al vicepresidente, al secretario de Estado, al jefe de gabinete y otros cómplices, incluidos congresistas que han participado de la pesquisa y que ayudaron a Trump en su estratagema que interpuso “sus intereses personales y políticos por encima de los de EU”.

“Esto no va sobre Ucrania. Va de nuestra democracia”, dijo el congresista demócrata Adam Schiff, quien lideró la investigación. Para los autores del reporte, no hay duda de que Trump cometió delitos impropios para su cargo en su beneficio, e incluso intimidó a testigos: es célebre el tuit contra la exembajadora Marie Yovanovitch mientras era interrogada en el Congreso, para tratar de obstruir la pesquisa, poniendo por delante sus intereses y sin importarle “socavar la integridad del proceso electoral de EU y poner en peligro la seguridad nacional” del país.

Entre las nuevas informaciones que revela el informe está un registro de llamadas que muestran “la coordinación considerable entre las partes, incluida la Casa Blanca”, que forman parte del complot. El Comité de Inteligencia votó dividido la aprobación de un documento que pasa ya a manos del Comité Judicial, que se encarga de la segunda fase del proceso: determinar si realmente hay mala praxis del presidente y si hay bases para redactar artículos (o posibles delitos) que lleven al juicio político.

A pesar de la contundencia del informe, Schiff no quiso posicionarse sobre si todo lo descubierto es merecedor del juicio político. “Es tarea del Congreso determinar si sus actos se elevan al nivel de la ofensa para el impeachment”, dijo el demócrata, que apeló al resto de congresistas para que “mantengan su deber con la Constitución y no hacia la figura del presidente”.

Los republicanos, el día antes, habían publicado su informe con una conclusión clara: no hay nada que ver, el presidente no hizo nada malo y es hora de pasar página.

La Casa Blanca desechó todas las acusaciones y las tachó de una “farsa” que ha “fracasado estrepitosamente en la producción de alguna evidencia de delito del presidente” y no es más que un compendio de las “frustraciones” demócratas.

“Parecen las divagaciones de un blogger en un sótano tratando de demostrar algo cuando no hay evidencia de nada”, criticó la portavoz presidencial, Stephanie Grisham.

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