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La masacre en Las Vegas golpeará el turismo de la capital del juego, pero expertos coinciden en que todo volverá a la normalidad en algunos meses.
Pocos días han transcurrido desde que Stephen Paddock mató a más de 50 personas e hirió a casi 500 cuando abrió fuego contra un masivo concierto desde su habitación de uno de los monumentales hoteles-casino en la calle Strip, donde se respiraba aún una atmósfera agria.
Mucha presencia policial y mensajes de "Vegas fuerte" en las fachadas recordaban la peor matanza a tiros de la historia reciente de Estados Unidos.
El ataque "debe afectar mucho el turismo en el corto plazo, mientras el recuerdo se mantenga vivo en la mente de las personas", dijo a la AFP Federico Guerrero, profesor del departamento de Economía de la Universidad de Nevada.
El dicho "Lo que se hace en Las Vegas se queda en Las Vegas" encarna el hedonismo de esta ciudad, bañada en alcohol, dinero y mucha, mucha fiesta.
Alguna de las 43 millones de personas que visitan anualmente la meca del juego, y dejan allí 60 mil millones de dólares, podría decir que no quiere divertirse en un lugar donde corrió tanta sangre, que no se siente seguro.
Neha Singh, de la universidad politécnica de California, dijo que estas noticias "son devastadoras y juegan en la mente de las personas, especialmente en turismo, pues implica un gasto y hay muchas opciones".
DESAFÍO EN SEGURIDAD
Los casinos están plagados de cámaras y guardias de seguridad. Pero Paddock no tuvo problema en entrar al Mandalay Bay con 47 armas de fuego, muchas de ellas de caño largo, y alojarse en el piso 32 para ejecutar su ataque.
¿Cómo reforzar las medidas de seguridad sin perturbar demasiado el ambiente de fiesta? Es un desafío.
Los expertos destacaron que la caída en las visitas se sentirá en el turismo de vacaciones porque los seminarios -unos 22 mil al año- se reservan con un año de antelación y no deben ser cancelados, aún cuando para futuras ocasiones privilegien otros destinos.
Bjorn Hanson, profesor del departamento de Turismo de la Universidad de Nueva York, estima que la caída se sentirá por dos o tres meses, mientras que Michael McCall , de la Universidad de Michigan, estima entre seis y 12 meses.
Pero de cualquier forma, los expertos coinciden en que ataques como éste, cada vez más comunes, impactan cada vez menos en el público en general.
Orlando, donde un hombre mató a tiros a 49 personas en un club nocturno en 2016, registró un récord de turistas ese mismo año.
Y París, blanco de varios ataques terroristas en 2015, también está a punto de romper una marca hotelera este año después de una caída de 5% en 2016.
Las Vegas no debe ser diferente.
"LAS VEGAS NO PARA"
Paul Wurzer y su esposa Sonia, que llegaron el martes a Las Vegas, comían en la terraza de un restaurante en el Strip.
Estaban en su hogar en Minneapolis cuando vieron el ataque en las noticias. "¿Cancelarán los vuelos? ¿Podemos aún ir? ¿Aún queremos ir?", dijo Wurzer que se preguntaron en ese momento.
"Luego pensamos que tal vez sea el momento más seguro para ir por la mayor presencia policial", dijo Sonia. "Vinimos a relajarnos" y la tragedia "no ha afectado nuestros planes".
Erick Fulps, que trabaja en una agencia de turismo en Las Vegas, indicó por su parte que la "actividad no ha disminuido tanto".
"Al día siguiente [de la tragedia] estaba movido, fue uno de los más ocupados, después sí cayó un poco", dijo el agente de 47 años.
Pero "la gente sigue haciendo sus tours, divirtiéndose. Es trágico lo que pasó, pero la gente sigue sus planes de vacaciones. Las Vegas no para".
lsm