Miami. A poco más de un año de las elecciones presidenciales de noviembre de 2024, el republicano Donald Trump crece como la espuma en las encuestas, a pesar de las más de 60 acusaciones que tiene en su contra, tanto administrativas como judiciales y que podrían llevarlo, estas últimas, a la cárcel.
Especialmente la imputación que este martes le hizo el fiscal especial Jack Smith por cuatro delitos relacionados con sus intentos de anular los resultados electorales de las elecciones de 2020 y su rol en el asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021.
Un día antes de esta nueva acusación –la tercera criminal, la segunda federal, y contando-, una encuesta del diario The New York Times mostraba que Trump es el aspirante presidencial favorito, con 54% de apoyo. Muy de lejos, le sigue el gobernador de Florida, Ron DeSantis, con 17%. De ahí para abajo (su exvicepresidente, Mike Pence, apenas alcanza el 3% de intención de voto).
Leer también: ¿La venganza de Mike Pence? Acusación contra Trump incluye notas del exvicepresidente
El mismo diario publicó este martes otra encuesta, esta vez un cara a cara entre Trump y Biden, que muestra un empate, con 43% de intención de voto para cada uno,
La pregunta es: ¿Cómo es posible que en cada arremetida legal en contra de Trump, éste crezca en las encuestas republicanas? “Esto se debe a que la base ‘trumpiana’ -que sigue a Donald Trump- está convencida que esto es una cacería de brujas” señala a EL UNIVERSAL el politólogo Hernán Molina, desde Los Ángeles, California.
Para los seguidores de Trump, explica, se trata de una “persecución” de la que es cómplice el “Departamento de Justicia” del presidente Joe Biden y está lejos de ser una investigación “objetiva e independiente”. Incluso aquellos Trumpistas que creen que el exmandatario pueda ser culpable “de algo, creen que esto es una excusa para tratar de sacarlo de la carrera rumbo a la Casa Blanca”.
Algunos observadores sugieren que con cada acusación, crece la victimización de Trump y eso ayuda a sumar indecisos. “Sólo falta ver qué sucederá después de esta reciente acusación”, comenta Molina.
Pero no sólo es que Trump crezca en las encuestas, sino que sus rivales se desploman: DeSantis cayó de 22 a un 17%. Ahora la diferencia entre ambos es de 37 puntos.
Uno de los elementos más preocupantes para Biden quizá sea el voto latino, que parece ahora inclinarse más hacia el lado republicano, aunque a decir de Molina es un tema que debe “revisarse bien. En el Partido Demócrata es donde hay un mayor número de latinos registrados y de ahí seguirían los independientes; estos dos grupos sumarían la mayoría de los latinos”.
En 2020, 38% de latinos votó por Trump. Grupos como Latinos for Trump buscan fortalecer este voto e impulsar al republicano de regreso a la Casa Blanca. “Hemos crecido -en votantes latinos a favor de Trump- y vamos a sorprender”, asegura uno de los voceros de la organización quien pidió el anonimato.
Es este vocero el que explica el otro factor que incide en los altos números de Trump: más vale malo conocido. “Trump cumple lo que dice y eso es lo que más nos interesa. Muchos lo acusan de ser sectario, racista, misógino y no sé qué más; pero con él sabemos lo que podemos esperar y que Estados Unidos, volverá a ser grande y respetado”, señala el vocero. Con los demás aspirantes republicanos, es terreno incierto.
Leer también: ¿Quiénes son los 6 co-conspiradores en el caso de Trump y el asalto al Capitolio?
De momento, ninguno de los cargos judiciales contra Trump lo inhabilita para postularse y ejercer la presidencia de Estados Unidos, en caso de ganar. Ni siquiera los más recientes, los cuales señalan tres conspiraciones y una obstrucción.
Si en algún momento, por este caso del Capitolio, las autoridades incluyen una acusación como la de haber fomentado una ‘insurrección’, ahí sí podría ser inhabilitado para ejercer el cargo, de acuerdo a consultas con abogados penalistas.
¿El Partido Republicano tomaría el riesgo de poner a Trump en la competencia a la Casa Blanca, con el riesgo de que sea inhabilitado?
“El Partido Republicano es el partido de Trump y la dirigencia. Por más que puedan renegar, saben que no les queda de otra que abrazarse a él”, afirma Molina. “En el momento que dejaran de abrazarlo, se caerían. Incluso hemos visto actitudes vergonzosas, de personas que tenían un legado -en el partido- y han quedado aplastados por la máquina que representa Trump. Debieron tomar otra posición y hacerse a un lado, ser dignos”.