Bruselas.- El nuevo primer ministro de Polonia, Donald Tusk, aseguró este miércoles que su país "está de vuelta en Europa", tras el fin de ocho años de Gobierno ultraconservador que se ha caracterizado por los retrocesos en el Estado de Derecho y los enfrentamientos con la Comisión Europea (CE).
"Polonia está de vuelta aquí en Europa y este es para mí el momento más importante en mi vida política, creo. No fue una tarea fácil", declaró el político, que ya fue primer ministro de 2007 a 2014, a su llegada a la cumbre que los jefes de Gobierno y Estado de la Unión Europea celebran hoy en Bruselas con los líderes de los Balcanes Occidentales.
Dijo que se va a dedicar a "fortalecer el Estado de Derecho, los estándares democráticos, la libertad de expresión, los derechos humanos".
"Es una reflexión muy triste que todavía en 2023 tengamos que hablar sobre estos valores fundamentales, al menos en algunos Estados miembros", lamentó.
Tusk, que entre 2014 y 2019 fue presidente del Consejo Europeo y, por tanto, lideró las cumbres de los Veintisiete, aseguró que su vuelta al Gobierno polaco "es también un momento muy especial por el contexto geopolítico".
"Estoy un poco triste porque nada ha cambiado. La situación incluso ha empeorado en lo que se refiere especialmente a Ucrania y la agresión rusa", comentó.
Recordó que cuando presidía el Consejo Europeo tenía fama de estar "obsesionado" con Rusia y comunicó que no está "satisfecho" por haber tenido razón.
"Desearía no haber estado en lo cierto", manifestó, y añadió que "lo más importante para nosotros como Europa es apoyar de manera eficaz a Ucrania".
Dijo que no puede "aceptar" ninguna "apatía o fatiga por Ucrania".
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"Esto es algo inaceptable, porque estamos hablando no solo de Ucrania y la guerra y la agresión rusa. Estamos hablando de nuestro futuro", constató.
Hungría y Eslovaquia son en la actualidad los Estados miembros de la UE más reticentes a seguir apoyando a Ucrania ante la invasión rusa.
Tusk adelantó que utilizará "la persuasión" en la cumbre para convencer a quienes tengan dudas sobre la importancia de seguir respaldando a Kiev.
"Lo que necesitamos hoy es fortalecer esta creencia de que Ucrania puede ganar esta guerra, de que nosotros podemos ganar esta confrontación no solo contra Rusia, sino contra el mundo que está en contra de nuestros valores e intereses fundamentales. Tenemos aquí algunos socios quizá más difíciles que otros en este contexto e intentaré también persuadirlos para que hagan algo más positivo", expuso.
En el caso de Hungría, Tusk admitió que hay "una brecha real" entre el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, y los otros veintiséis Estados miembros de la Unión Europea.
No obstante, dijo que Orbán es un político "muy pragmático" y explicó que lo decía como "un cumplido".
Hungría se resiste a respaldar nuevas ayudas para Ucrania, ya sea para la entrega de armamento o munición o para financiar a más largo plazo al país en el marco de las negociaciones de la revisión del presupuesto plurianual de la UE.
Además, tampoco se ha mostrado proclive a dar luz verde a la apertura de negociaciones con Ucrania para su adhesión a la Unión, tal y como ha recomendado la Comisión Europea.
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