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Yakarta.— A casi tres días del terremoto y tsunami que asolaron el viernes a Indonesia, medios locales estiman que el número de muertos podría ser mayor a mil 200, al tiempo que en la localidad de Palu, la más afectada, se registran saqueos, mientras la población está sin agua potable, electricidad ni telefonía.
El portal de noticias indonesio Kumparan contabilizó ayer mil 203 muertos, citando a la policía nacional, mientras que las autoridades mantienen en 832 el número oficial de víctimas mortales, aunque el vicepresidente Jusuf Kalla expresó el temor de que la cifra real sea de varios miles.
Hasta ayer, los equipos de rescate no habían conseguido llegar a todas las localidades de la costa, en la isla Célebes, donde pegó el tsunami. Se teme que aún haya muchas personas atrapadas bajo el lodo y los escombros. “El número de muertos seguirá incrementándose”, señaló Sutopo Nugroho, portavoz de la Agencia Nacional para la Gestión de Desastres. Casi todos los decesos contados oficialmente son de Palu, capital de Célebes Central, ubicada en la costa oeste y con más de 350 mil habitantes. Además, hay más de 500 heridos, algunos de gravedad, en la que es la cuarta isla en tamaño de Indonesia. Entre los desaparecidos hay varios extranjeros, incluidos tres franceses, un surcoreano y un malasio.
Muchos fueron sorprendidos en la playa, donde se iba a celebrar un festival. Al parecer, la causa de ello fue que el sistema de alerta de tsunami no funcionó adecuadamente.
“No hubo ninguna sirena. Muchas personas no eran conscientes del peligro”, dijo Sutopo Nugroho.
El Centro Nacional de Meteorología y Geofísica alertó del peligro de una ola gigante, pero retiró el mensaje media hora después, demasiado pronto en opinión de los expertos.
En Palu hay edificios muy dañados, también una gran mezquita y un centro comercial junto a la playa. También se hundió el principal puente de la ciudad.
Los rescatistas sacaron ayer con vida a una mujer de entre los escombros de un hotel: “Afortunadamente, estaba debajo de un colchón. Por eso ha sobrevivido”, dijo un rescatista a la emisora Kompas TV. Se teme que aún se encuentren sepultados decenas de huéspedes. De entre los escombros se escuchan voces de heridos pidiendo socorro; sin embargo, los equipos de rescate dicen que no cuentan con las herramientas adecuadas para sacarlos. La noticia positiva ha sido la reapertura del aeropuerto, por lo que puede llegar la ayuda.
Es probable que más al norte, cerca del epicentro del terremoto, haya daños peores, pero no se ha podido acceder por el mal estado de las carreteras y la falta de comunicaciones. A los equipos de rescate les preocupa sobre todo Dongala, una comunidad de pescadores, desde donde no hay informaciones fiables.
El paso a la ciudad de Poso, otra de las más pobladas de Célebes, está bloqueado por un barco pesquero que fue arrastrado por el tsunami y quedó varado junto a la carretera.
En este escenario, la población inició saqueos de supermercados para llevarse, principalmente, comida y agua. Las autoridades indonesias anunciaron que no sancionarán a los que realizan estas acciones y compensarán a los propietarios de los negocios.