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Santiago.— El presidente de Chile, Sebastián Piñera, anunció ayer, en medio de los graves disturbios en el país, la suspensión del alza de los pasajes del Metro de Santiago hasta lograr un acuerdo que proteja a los ciudadanos del impacto de los aumentos drásticos del dólar en la fijación de las tarifas.
“Vamos a suspender el alza de los pasajes del Metro, lo que requerirá la aprobación de una ley que debe ser muy urgente”, dijo el presidente en una declaración desde el palacio de La Moneda, en un discurso en el que afirmó haber escuchado “con humildad y atención la voz de mis compatriotas”.
La situación de descontrol social, que disparó el aumento de la tarifa del transporte esta semana, obligó al gobierno a sacar a los militares a las calles por primera vez desde que Chile recuperó la democracia en 1990. Lo que ayer comenzó con un cacerolazo popular, con miles de familias haciendo sonar ollas y sartenes, derivó en enfrentamientos entre encapuchados y las fuerzas especiales de la policía en la céntrica Plaza Italia, el frontis de la casa de Gobierno, la plaza de armas de Maipú y algunos sectores de la comuna de Puente Alto, constató la AFP, que también vio cómo incendiaban cinco autobuses en pleno centro.
El general Javier Iturriaga del Campo, declaró: “Habiendo analizado la situación y los desmanes que han ocurrido el día de hoy, he tomado la decisión de decretar la suspensión de libertades y de movimiento a través de un toque de queda total”. El Sistema de Transporte Público informó en su Twitter: “Temporalmente se suspenden todas las operaciones de superficie por no contar con condiciones de seguridad para nuestros conductores y usuarios”.
En la Plaza Italia, escenario de algunos de los peores protestas del viernes, se desplegaron decenas de militares, incrementando la molestia de los manifestantes, algunos de los cuales los increparon directamente o les enrostraron fotografías de desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet.
En varios lugares, como las comunas de Ñuñoa y Providencia, los vecinos salieron pacíficamente a las calles para hacer sonar sus ollas, al igual que en otras regiones y ciudades como Valparaíso y Viña del Mar. Bajo gritos de “basta de abusos” y con la consigna en redes sociales “ChileDespertó”, el país enfrentó las peores revueltas sociales en varias décadas disparadas por el alza de 800 a 830 pesos (unos 1.17 dólares) en las tarifas del Metro.
Pero pronto derivaron en reclamos contra un modelo económico en el que el acceso a la salud y la educación es prácticamente privado, contra la desigualdad social, entre otras demandas.
El mandatario chileno demoró horas antes de decretar el estado de emergencia.