Más Información
Secuestran y asesinan a delegado de Unión Regional Ganadera en Sinaloa; su cuerpo presenta huellas de tortura
VIDEO: “¡Qué violenta!”, grita Noroña a senadoras; Jucopo ordenó retirar mampara del Senado lo que provocó jaloneos
Trump desgina a Elon Musk al frente del "Departamento de Eficiencia Gubernamental"; buscará eliminar regulaciones excesivas
Ramírez de la O adelanta recortes al gasto en varios rubros para Presupuesto 2025; “no nos estamos enfocando en una sola área”
Avanza en lo general reforma contra maltrato animal en San Lázaro; corridas de toros y peleas de perros no fueron consideradas
Jufed se presenta en la Corte Interamericana; reforma judicial es un ataque sistemático y se materializó en la Constitución, acusa
Sunland Park, Nuevo México.— Menos de dos minutos y los ojos y músculos de tres compañeros bastan para que un migrante ilegal cruce la barda de seis metros de altura que separa México de Estados Unidos, un acto de supervivencia que el presidente Donald Trump tomaría probablemente como una afrenta.
Dos hombres vigilan al pie de la barda, mientras otro se trepa y asume ser una suerte de peldaño humano, cuyos hombros, brazos y hasta su cabeza servirán de apoyo para que un migrante mexicano, originario del sureño estado de Oaxaca, alcance la parte más alta del cerco de acero y desde ahí dé el salto final a territorio estadounidense.
Del principio al fin de la maniobra, que ocurre en un punto de terreno desértico entre Ciudad Juárez y Sunland Park, Nuevo México, han pasado menos de 120 segundos.
“No podía subir, se tardó mucho”, se queja uno de los hombres asegurando que otros lo han brincado en un minuto, y antes de salir corriendo para no ser visto por la camioneta de la Patrulla Fronteriza estadounidense que hace rondas en la zona. Lo mismo hizo el oaxaqueño que, siguiendo instrucciones precisas de sus ayudantes, se largó en una carrera que no debía parar hasta llegar a unas casas que se alcanzan a ver desde el límite entre ambos países.
Cruces como éste, que ocurren casi a diario en Juárez, son hoy más que nunca un desafío al mandatario estadounidense que ordenó esta semana el despliegue de miles de elementos de la Guardia Nacional en la frontera con México, en respuesta a una caravana de protesta de poco más de un millar de migrantes centroamericanos que pretendía llegar hasta la frontera.
La movilización militar corona una escalada de furibundos ataques de Trump, iniciados desde el domingo, contra los migrantes y la supuesta inacción de México para impedir este flujo.