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La casa del pederasta belga Marc Dutroux , en la que murieron dos niñas en los años 90, será demolida con vistas a transformar para 2023 el espacio que ocupa en un jardín memorial en recuerdo de las víctimas.
El Ayuntamiento de la ciudad de Charleroi, en el sur de Bélgica , demolerá la casa y dos viviendas contiguas para construir un jardín que tendrá el lema “Entre la tierra y el cielo”, según informó el alcalde de Charleroi, Paul Magnette.
“La demolición o no de la casa ha suscitado largos debates”, explicó el alcalde, por lo que se llegó a un acuerdo entre las autoridades de la ciudad y las familias de las víctimas para reemplazarlo por un jardín “que es un símbolo de vida”.
El alcalde señaló que el sótano de la casa, donde murieron las niñas Julie y Mélissa, de 8 años, no será demolido.
“Es importante tener un elemento que no olvide la historia”, dijo el padre de Julie, Jean-Denis Lejeune, al diario belga "Le Soir".
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Este periódico también recogió las declaraciones del padre de Mélissa, Gino Russo, en las que afirmó que “demoler la casa es difícil porque está llena de historia”.
"Al principio hubiéramos querido mantenerla para hacer una especie de casa de recuerdo, como la de Ana Frank en Amsterdam, pero no podemos castigar a todo un barrio y a Charleroi, que no son responsables de esta historia", añadió.
En 1996, Dutroux fue detenido y dos días después fueron liberadas Sabine, de 12 años, y Laetitia, de 14, a las que el pederasta tenía secuestradas en el sótano de su casa.
Dutroux, que se ganó el apodo de "enemigo público número uno" de Bélgica, fue condenado en 1996 a cadena perpetua sin atenuantes por el secuestro y violación de seis niñas y jóvenes de entre 8 y 19 años, de las que cuatro fueron asesinadas.
Su exesposa fue condenada en 2004 por haber participado en el secuestro de varias de las víctimas y por haber dejado morir de hambre a dos de ellas, de 8 años, encerradas en un escondrijo subterráneo en la casa de la pareja en Charleroi.