Dublín.— El papa Francisco volvió a pedir perdón ayer por todo tipo de abuso de poder por parte de miembros de la Iglesia católica y todas sus instituciones. “Pedimos perdón por el tiempo que pasó sin que se mostrara compasión con los supervivientes [de abusos sexuales]”, dijo el jerarca católico durante la misa de cierre de su visita de dos días a Irlanda, oficiada a cielo abierto ante 500 mil personas en Dublín.

“Pedimos perdón para las personas responsables en el seno de la jerarquía eclesial que no presentaron cargos contra este tipo de abuso”, afirmó el jefe de la Iglesia católica.

El Encuentro Mundial de Familias, principal objetivo de la visita papal, también terminó ayer. Al mismo tiempo que la misa papal, tuvieron lugar diferentes actos con la participación de miles de personas para defender a las víctimas de abusos.

Antes de comenzar la misa, el arzobispo de Dublín, Diarmuid Martin, había reconocido que “hay personas que han sido heridas en la profundidad de su ser por clérigos” y que “su fe ha sido puesta a prueba”.

Previamente, Francisco dijo en el segundo y último día de su visita a Irlanda que los escándalos de abusos sexuales cometidos por miembros del clero son “una herida abierta” que tiene que ser tratada con acciones “firmes y decididas”.

“Pido el perdón de Dios por estos pecados y por el escándalo y la traición que sienten tantos en la familia de Dios. Le pido a nuestra Santa Madre [María] que interceda por todos los supervivientes y para confirmar a cada miembro de nuestra familia cristiana la determinación de no permitir que estas situaciones ocurran nunca más”, añadió. Pese al mal tiempo, decenas de miles de fieles, 45 mil según el Vaticano, acudieron para ver y escuchar al Papa.

La visita del Pontífice a Irlanda, la primera desde que Juan Pablo II viajó a la isla en 1979, ha estado dominada por el historial de abusos sexuales en el seno de la Iglesia católica de ese país.

Marie Collins, una víctima de los abusos sexuales por parte de sacerdotes, se mostró decepcionada con la visita del Pontífice.

“Estoy decepcionada por la negativa a introducir más estructuras para la rendición de cuentas”, afirmó Collins, quien junto con otras siete víctimas de abusos sexuales se reunió el sábado en Dublín durante una hora y media con Francisco; no obstante, calificó como señal positiva el hecho de que el líder de la Iglesia católica haya reconocido el sistemático encubrimiento.

Acusan al líder religioso de encubrimiento. El sábado, Carlo Maria Vigano, ex embajador del Vaticano en Estados Unido, acusó en una carta al Papa de haber anulado las sanciones contra el cardenal estadounidense Theodore McCarrick, pese a las acusaciones de “comportamiento gravemente inmoral” contra él.

El Papa dijo que no responderá a las acusaciones y señaló despectivamente que el documento que contiene las afirmaciones “habla por sí mismo”. Dijo que “no diría ni una palabra” sobre el documento.

“La corrupción alcanzó la cima de jerarquía de la Iglesia”, afirmó en su carta Vigano, y pidió incluso la dimisión del Pontífice. El arzobispo Vigano contó que el actual jerarca católico le preguntó, después de asumir el cargo, en junio de 2013, sobre la personalidad de McCarrick. Según él, el Papa habría preferido ignorar sus advertencias y había anulado de hecho las sanciones de su predecesor.

En su dura carta, el ex nuncio apostólico jubilado en la actualidad, acusó igualmente, dando los nombres, a un gran número de altos prelados de la Curia romana, entre ellos el número dos Pietro Parolin, de un silencio cómplice sobre los comportamientos de McCarrick.

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