Entre mil 500 y 3 mil dólares es la merma económica que los paisanos pierden en la temporada de fin y de principio de año a manos de las autoridades y del crimen organizado , según promedios de Mexicanos Unidos en el Exterior, dirigido por Alfredo Castañeda , quien dijo que “hemos recibido ya quejas -de paisanos- que han sido objeto de abusos por parte de las autoridades y del crimen; eso muchas veces amedrenta mucho a la gente y le va quitando su deseo de ir a su tierra”.
Este fin de año 2020 y principios del 2021 se calcula que apenas cruzó una tercera parte de quienes acostumbraban visitar su pueblo y a sus familiares; no sólo se trata del incremento de la violencia , dicen varios analistas consultados, en particular los ha frenado la pandemia . Y precisamente el Covid-19 puso en alerta también a las autoridades mexicanas; “por eso seguimos en contacto con varias instituciones y una de ellas, de manera prioritaria, es la Secretaría de Salud ”, confirmó a EL UNIVERSAL Ruth Villanueva , directora General de Protección al Migrante del Instituto Nacional de Migración (INM). “Se ha hecho todo un diagnóstico previo -desde que los paisanos se internaron en el país-, de tal forma que si alguien llegó con una sintomatología pudo ser canalizado de inmediato y ser atendido”.
En los últimos 31 años, la oficina federal que había logrado hacer la diferencia, dicho por decenas de migrantes, era el Programa Paisano , creado en 1989. Este programa fue el resultado de múltiples y constantes quejas de decenas de mexicanos en el exterior, particularmente en Estados Unidos , quienes aseguraban ser maltratados, asaltados o extorsionados por autoridades policiacas y de inmigración, entre otras dependencias federales, estatales y municipales; cada año, desde mediados del siglo 20, se sumaban más y más testimonios. Pero también sumaban miles quienes no hacían la denuncia “porque no pasaba ni cambiaba nada”, de acuerdo con el recuerdo de muchos de ellos.
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“¡Imagínate lo que avanzamos en 30 años! Los primeros años Programa Paisano lo explicábamos en un panfleto, un tríptico; y poco a poco lo fuimos engrosando con más y más información conforme fuimos mejorando el servicio”, cuenta a EL UNIVERSAL un exempleado de Programa Paisano, quien pidió el anonimato porque aún presta algunos servicios en un Consulado General de México en Estados Unidos. “Los últimos 15 años por lo menos ya era un librito, con los uniformes de las distintas autoridades para que pudieran identificar si de repente se trataba de impostores; decenas de teléfonos para denunciar según fuera el caso o dependencia, todas las dudas y preguntas recaudadas en todo ese tiempo respondidas, guías, en fin, un gran esfuerzo el que se había logrado conjuntar”.
Grandes resultados, hasta principios del 2019, cuando el gobierno recién entrante del presidente Andrés Manuel López Obrador , sin mediar palabras ni medir consecuencias, cerró de tajo todas las oficinas federales en el exterior. Promoción turística, promoción comercial, representación de la Fiscalía General de la República y por supuesto, Programa Paisano del Instituto Nacional de Inmigración.
En algunos Consulados de México situados cerca de la frontera sur de Estados Unidos, consultados de manera encubierta, se pudo constatar que no se cuenta con el personal necesario para la atención inmediata o urgente de algún connacional que pudiera hacer alguna denuncia sobre algún abuso. Ciertamente toman los datos de quien llama y el caso del que se trata; y se le indica que buscarán la manera de ayudarlo a resolver la situación que está denunciando. Es importante señalar que también por la pandemia y los requerimientos dados por las autoridades de cada estado y condado de la Unión Americana , se dificulta la posibilidad de darle un seguimiento inmediato a las denuncias.
Así las cosas, entre la pandemia y la desarticulación de los apoyos que existían, hoy por hoy resolver los casos de abuso por parte de autoridades mexicanas o del crimen organizado en México, es menos que imposible, coinciden analistas.
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De ahí la añoranza del pasado. “Hacíamos un trabajo maratónico, cada año íbamos viendo cómo había menos denuncias; la corrupción y los abusos comenzaron a ser sancionados. Historias de éxito muy, muy bonitas, muy satisfactorias”, describe el ex funcionario de Programa Paisano. “Es increíble cómo puede tirarse a la basura un trabajo de tanta dedicación, de tantos años y de tan buenos resultados. No es que no existieran problemas, pero comparando las estadísticas de cada año, alcanzamos muy buenos resultados”.
“Lo que hoy existe -como Programa Paisano- es apenas una sombra de lo que llegó a ser ese apoyo de gobierno”, asegura Castañeda. “No entiendo cómo si nuestros paisanos mandan tantas remesas, tanto dinero, y mira que en medio de la pandemia este año mandaron más que nunca -más de 40 mil millones de dólares en 2020-, el gobierno no es capaz de asegurarles su seguridad cuando quieren venir a ver a sus familiares, disfrutar de su pueblo”.