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Milán.— El barco Ocean Viking, con 356 migrantes y refugiados a bordo, sólo tiene suministros de comida para los próximos cinco días, alertaron ayer Médicos Sin Fronteras (MSF) y SOS Méditerranée, las dos ONG responsables del buque.
“Sólo nos quedan cinco días de raciones estándar de alimentos”, avisó en Twitter MSF, que recordó que los “supervivientes” a bordo llevan 13 días a la espera de un puerto seguro que no termina de llegar.
Los médicos han denunciado el “rápido deterioro” de la salud mental de todos.
Las ONG del Ocean Viking solicitaron el pasado 13 de agosto a las autoridades marítimas maltesas e italianas que asumieran la operación, tras lo cual Malta respondió negativamente argumentando que el rescate se produjo en aguas que no son de su competencia e Italia no contestó de manera formal, según MSF.
Es “una completa vergüenza. Esto es inhumano”, dijo Jay Berger, coordinador de proyectos de Médicos Sin Fronteras en el navío. “Deben tomarse medidas concretas. Así no es como se debe tratar a la gente”.
El Ocean Viking realizó cuatro rescates ante la costa de Libia entre el 9 y el 12 de agosto, y lleva 13 días esperando autorización para llevar a los migrantes a puerto.
La embarcación, con capacidad para 200 pasajeros, navega entre Malta y la isla italiana de Linosa, en el sur del país, manteniéndose alejada de la costa para evitar excitar a los rescatados.
Berger dijo que la situación a bordo permanece “manejable”, pero aumenta la ansiedad sobre lo que podría suceder. Los pasajeros temen sobre todo que los regresen a Libia, en donde muchos padecieron torturas y detención, agregó.
“Cuanto más tiempo pasemos en el mar, más difícil será que confíen en nosotros”, dijo. “Dos semanas ya es demasiado tiempo”.
Hasta ahora, no ha habido emergencias médicas ni brotes de tensión, como fue el caso en el buque de rescate español Open Arms, que fue desembarcado la noche del martes en la isla italiana de Lampedusa después de que un fiscal ordenara la captura del navío como parte de una investigación sobre posibles cargos de secuestro, no lograr proporcionar ayuda y un puerto seguro.
A diferencia del Ocean Viking, al Open Arms le tuvieron que dar permiso de entrar a aguas italianas después de que una corte administrativa determinara que podía acceder al puerto. Una apelación a ese fallo presentada por el intransigente ministro del Interior italiano Matteo Salvini está pendiente.