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Londres.— El rey Carlos III sorprendió a los entusiastas seguidores que comenzaron a reunirse frente al Palacio de Buckingham el viernes para su coronación. Además, según su agenda oficial, Carlos III almorzó con los gobernadores y primeros ministros de los países y territorios en los que es todavía jefe de Estado y posteriormente se reunió con los líderes de la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones), la institución que agrupa a las excolonias y que era particularmente querida por su madre.
La multitud gritó su nombre cuando el monarca salió de un Bentley conducido por un chofer que vestía un traje azul.
Se podía escuchar a una persona gritando “¡Dios salve al rey!” cuando él se acercó a la multitud alineada detrás de una barricada; agradeció a los simpatizantes por venir, estrechándoles la mano mientras se movía lentamente a lo largo de la fila.
Theresa Iredale, con una corona de plástico, dijo que tembló cuando el rey se le acercó después de que ella gritara su nombre. “Vi que su mano se acercaba a la mía y pensé: ‘No puedo creer que le esté dando la mano al rey’”, dijo.
El príncipe William, heredero al trono, y su esposa, Kate, también saludaron al público durante la caminata, hablaron con los fanáticos en el lado opuesto de The Mall, posaron para selfies y charlaron. La realeza hizo la parada después de un almuerzo que siguió al ensayo final para el servicio de coronación de Carlos en la Abadía de Westminster.
Ascendió al trono automáticamente cuando su madre, la reina Isabel II, murió el año pasado.
La ceremonia religiosa de la coronación representa su coronación formal.
La celebración lleva meses preparándose, coreografiada hasta el más mínimo detalle e incluye un gran operativo de seguridad.
Más allá de la planificación masiva, Carlos III está tratando de seguir siendo relevante a medida que ha disminuido el apoyo a la monarquía, en especial entre una generación más joven a la que le importan menos sus tradiciones. Su coronación tiene lugar cuando algunos cuestionan el gran gasto de los fondos públicos, sin que se haya proporcionado aún una estimación, durante una crisis del costo de vida que ha dejado a muchos británicos en apuros. El jueves, William y Kate, el príncipe y la princesa de Gales, tomaron un tren subterráneo y visitaron un pub en Soho como parte del periodo previo a la coronación.
La multitud fuera del palacio ha estado creciendo durante varios días, con visitantes de todo el mundo reunidos para presenciar la historia mientras se corona al último monarca en una tradición. Los fanáticos de la familia real estaban vestidos con los colores rojo, blanco y azul de la Union Jack, ondeando banderas, vistiendo trajes completos hechos con el patrón distintivo y un hombre lo tenía pintado en la cara.
Muchos de los reunidos ya habían acampado o planeado pasar la noche con la esperanza de tener un lugar privilegiado para la procesión del sábado y tal vez una vista del monarca recién coronado y la reina Camila, su esposa, saludando desde el balcón del palacio después de regresar de la ceremonia. Aquellos que sólo esperaban un vistazo fugaz del rey, fueron ricamente recompensados por conocerlo en persona.
“Absolutamente increíble, simplemente surrealista”, dijo Gillian Holmes.
“Mi hija dijo que le temblaban las piernas, que estaba en estado de shock”, dijo Holmes. “Nunca soñé que conocería al rey. No puedo creerlo”.
A lo largo del día, los viajeros de tren de todo el Reino Unido fueron recibidos con un mensaje grabado del rey mientras abordaban los trenes deseándoles a ellos y a sus familias “un maravilloso fin de semana de coronación”.
El mensaje concluyó con Carlos III brindando la advertencia familiar que reciben los pasajeros antes de abordar o salir de trenes subterráneos y trenes: “Y recuerde, tenga cuidado con la brecha”.
Recepción
El rey completó la jornada con la recepción que ofrece en el Palacio de Buckingham para los invitados especiales, entre ellos los reyes de España, Felipe VI y Letizia, y jefes de Estado de otros países, entre ellos el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva.
Don Felipe y doña Letizia dejaron la residencia del embajador sobre las 16:20 hora local (15.20 GMT), como pudo constatar EFE, para dirigirse a Buckingham, antes de participar mañana en la ceremonia en la Abadía de West- minster. No obstante, los principales mandatarios de América, con la exclusión del brasileño y del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, estarán ausentes de la ceremonia del sábado, y estarán representados por sus cancilleres, embajadores e incluso cónyuges. La Casa Blanca anunció el pasado 4 de abril que el presidente de EU, Joe Biden, no asistiría al evento y en su lugar lo hará la primera dama, Jill Biden.
Una vez que concluya la ceremonia el sábado, Carlos III y Camila saldrán al balcón del Palacio de Buckingham para saludar a la multitud ahí congregada, aunque de momento se desconoce qué miembros de la familia real acompañarán a los reyes en este acto. El evento concluirá con el vuelo rasante de aviones de la Real Fuerza Aérea (RAF) sobre el palacio.