El líder norcoreano Kim Jong-un dijo que su país está cerca de dotarse del arma nuclear a pesar de las sanciones de Naciones Unidas y que el lanzamiento de su último misil balístico tuvo por objetivo “calmar la beligerancia de Estados Unidos” y establecer un “equilibrio de fuerzas” con ese país para que “no se atrevan a hablar de opción militar”.

Citado este sábado por la agencia estatal KCNA, Kim dijo que el lanzamiento del misil de mediano alcance de tipo Hwasong-12, que el viernes sobrevoló Japón antes de caer al Océano Pacífico, resultó un éxito y que “incrementó el poderío bélico nuclear” de Corea del Norte.

El Consejo de Seguridad de la ONU “condenó firmemente” ese disparo, al que juzgó “altamente provocador”. Francia y Rusia llamaron por su parte a “negociaciones directas” con Pyongyang para reducir la tensión.

Los ensayos con misiles son “actos escandalosos”, estimó el Consejo de Seguridad, que pidió a Pyongyang “frenarlos de inmediato”.

El asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, H.R. McMaster, dijo que EU perdía rápidamente la paciencia para soluciones diplomáticas sobre los programas de misiles y nuclear de Corea del Norte.

“Hemos estado postergando el problema”, dijo McMaster a periodistas, refiriéndose a las reiteradas pruebas de misiles de Pyongyang en desafío a la presión internacional. “Para aquellos (...) que han estado comentado la falta de una opción militar, hay una opción militar”, aseguró, agregando que no es la opción preferida del gobierno de Donald Trump.

El mandatario estadounidense afirmó a su vez que existe una “abrumadora” cantidad de opciones para hacer frente al régimen norcoreano. “Estados Unidos y nuestros aliados nunca seremos intimidados, defenderemos a nuestro pueblo y nuestra civilización de todos los que se atrevan a amenazar nuestra manera de vida y eso incluye al régimen de Corea del Norte, que ha vuelto a mostrar un desprecio absoluto por sus vecinos y por la comunidad global”.

Lanzado desde un sitio cercano a Pyongyang, el misil recorrió unos 3 mil 700 kilómetros hacia el este —sobrevolando Japón—, alcanzando una altitud de 770 km antes de hundirse en aguas del Pacífico, según Seúl.

Citado por KCNA, Kim hizo oídos sordos a la ONU y dijo en cambio que su “meta final es establecer el equilibrio de fuerzas real con Estados Unidos para que los gobernantes norteamericanos no osen seguir hablando de opción militar para Corea del Norte”.

“Deberíamos demostrar a las grandes potencias nacionalistas cómo nuestro Estado alcanza la meta de dotarse de un arma nuclear a pesar de sus reiteradas sanciones y bloqueo”, agregó Kim.

Pyongyang aspira a completar sus capacidades para miniaturizar ojivas nucleares que puedan instalarse en misiles intercontinentales y sean capaces de alcanzar territorio estadounidense. El proyectil voló una distancia superior a la de los otros dos test anteriores realizados con el Hwasong-12 y suficiente para llegar a la isla de Guam, que alberga importantes bases estadounidenses en el Pacífico. “El cohete balístico disparado cruzó el cielo sobre [la isla de] Hokkaido de Japón según la ruta de vuelo establecida y golpeó con precisión las aguas fijadas en el Pacífico”, relató la KCNA.

Kim alabó el “éxito” del ensayo y dijo que la eficacia de combate y la fiabilidad del proyectil fueron “totalmente verificadas”. El líder norcoreano llamó a sus científicos para seguir realizando pruebas “significativas y prácticas” en el futuro, y recalcó la “necesidad de correr a toda velocidad y hacia delante”.

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