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Washington.— Día de anuncios y cambios en altos cargos de la Casa Blanca. El presidente Donald Trump anunció sus elegidos para dos lugares que estaban vacantes en su gabinete: Heather Nauert, como nueva embajadora de EU ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y William Barr, como fiscal general.
La elección de Nauert es la más sorprendente, pero no la menos esperable. La actual portavoz del Departamento de Estado y ex periodista ha pasado, en menos de dos años, de presentar Fox and Friends, de Fox News, a optar a ser la imagen de la diplomacia estadounidense ante la ONU.
“Tiene mucho talento, es muy inteligente y es muy rápida. Será respetada por todo el mundo”, aseguró Trump. Nauert tendrá que pasar por el proceso de confirmación en el Senado. De ser elegida, será la cuarta mujer consecutiva que ocupa el puesto de embajadora de EU ante la ONU, sucediendo a Susan Rice, Samantha Powell y Nikki Haley. Barr, “uno de los juristas más reconocidos del país” según Trump, ocupó el cargo de fiscal general entre 1991 y 1993, en la gestión del recientemente fallecido George H. W. Bush.
El magnate confesó que no sabía mucho de Barr hasta que empezó a buscar sustituto para Jeff Sessions. El pasado de Barr prevé que su confirmación será fácil en el Senado y además Trump se aseguraría en el Departamento de Estado un aliado contra la investigación de la trama rusa. Con Nauert y Barr empezó lo que se espera que sea un terremoto dentro de la Casa Blanca, preparada para hacer cambios profundos. La primera sería la del jefe de Gabinete, John Kelly.
Entre cambios, despidos y contrataciones, el ex secretario de Estado Rex Tillerson está empezando a hablar en público sobre su impresión del presidente.
En una charla en Houston, Tillerson describió al mandatario como alguien “bastante indisciplinado” a quien “no le gusta leer”, a quien hay que explicar como funcionan las cosas para que no viole la ley. El magnate respondió vía Twitter y calificó a Tillerson de “discapacitado mental” y “flojo”.