Tijuana.- Migrantes mexicanos y centroamericanos protestaron en la Garita dey exigieron información sobre la reactivación de los procesos deque fueron interrumpidos debido a la pandemia por el Covid 19.

Fueron decenas de personas, entre hombres y mujeres o incluso familias enteras quienes durante la mañana de este jueves se concentraron en el puerto fronterizo que, meses atrás, era el punto asignado para iniciar el .

Hasta antes de que el gobierno estadounidenses bajo la administración de Donald Trump ordenara la suspensión de los procesos de asilo de miles de migrantes, la Garita de El Chaparral, era el sitio a donde llegaban diariamente para anotarse en una lista de espera que servía para comenzar con el trámite.

Después de anotar su nombre las personas regresaban a los refugios a esperar hasta por meses a que llegara su turno de cruzar la frontera para ir a la corte y pedir formalmente a un juez el asilo, aunque todo el proceso legal continuara mientras ellos esperaban en territorio mexicano.

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Pero con la decisión de Trump de suspender los servicios bajo el argumento de mantener medidas sanitarias, miles terminaron varados en Tijuana a la espera de que se reanudaran actividades, como esperan que ocurra este viernes 19 de febrero, de acuerdo con la información del gobierno de Estados Unidos.

El pastor y coordinador del albergue para migrantes Agape Misión Mundial, Alberto Rivera, dijo que aún no les han proporcionado información clara sobre el proceso de reactivación y por ese motivo es que decidieron protestar para exigir que les aclaren cómo será la reactivación de los procesos y si se mantendrá bajo el viejo esquema.

“Todavía no sabemos cuál es el protocolo; por eso, a nosotros nos interesa saber cómo es la manera, para que entonces podamos apoyar a las familias a que decidan mejor y quitarles esa incertidumbre. Estamos dispuestos a adaptarnos y obedecer porque lo entendemos, pero necesitamos que hablen claro con todos”, dijo el activista.

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Los migrantes caminaron hacia la explanada de concreto del edificio del Instituto Nacional de Migración (INM) que al final conecta con la entrada peatonal para ingresar al territorio estadounidense, aunque la protesta se concentró en el patio. Ahí alzaron pancartas y lanzaron consignas en las que denunciaban tener casi dos años de espera.

La familia de Roberto, por ejemplo, llegó junto con las caravanas de hace un par de años pero debido a que el proceso de asilo fue lento tuvo que esperar por meses y para cuando iba a cruzar llegó la pandemia que detuvo su trámite y lo dejó a él, su esposa e hijos, atrapados a más de 3 mil kilómetros de su país, Honduras, sin conocer a nadie.

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“Lo único que esperamos es que piensen en nosotros porque no sólo estamos atrapados, sino que ahora con todo lo de la crisis de salud hasta se batalla para hallar trabajo, ahora sí que estamos a la buena de Dios”, lamentó Roberto.