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Nueva York.— “Yo era una niña (...) Me robó la juventud (...) Me manipuló para su propio placer”, declaró una mexicana identificada sólo como Camila, hoy de 30 años, como parte de las cinco horas de audiencia en la corte federal de Brooklyn, durante la cual 15 víctimas prestaron testimonio contra Keith Raniere, el gurú de la secta de esclavas sexuales NXIVM, quien fue sentenciado a 120 años de prisión y una multa por un millón 750 mil dólares por un juez de Nueva York y quien negó haber cometido algún delito.
Camila dijo en el tribunal que Raniere comenzó a abusar de ella cuando tenía sólo 15 años. Ella no testificó durante el juicio celebrado en junio del año pasado, al final del cual el acusado fue declarado culpable de siete delitos, incluido explotación sexual de una adolescente de 15 años, extorsión y asociación para delinquir.
“Me ha costado mucho tiempo procesar el trauma que me causó”, declaró Camila, quien confesó que incluso intentó suicidarse. Ella fue una de las tres hermanas a las que Raniere convirtió en sus esclavas sexuales y obligó a abortar cuando se embarazaron, aunque una de ellas, Mariana, sí tiene un hijo de él.
El testimonio de la otra hermana, Daniela, cimbró el juicio, cuando narró que la encerraron durante dos años por subir de peso y por fijarse en una persona distinta a Raniere.
Otra de las víctimas que dio su testimonio ayer fue India Oxenberg, hija de la actriz Catherine Oxenberg. Ella describió a Raniere, autodenominado “Vanguardia”, como un “depredador sexual”, un “racista” un “mentiroso” y un “sádico”.
Algunas de las mujeres que testificaron durante el juicio explicaron que pensaban que se estaban uniendo a un grupo centrado en el empoderamiento femenino, para descubrir más tarde que se les pedía que mantuvieran relaciones sexuales con Raniere. NXIVM se vendía así, como un grupo de autoayuda, pero al interior se creó un subgrupo secreto, DOS, en el que las mujeres se convertían en esclavas sexuales del “Maestro”, quien las marcaba a fuego y castigaba si no obedecían órdenes.
Las redes de NXIVM se extendieron a Canadá y México, donde Emiliano Salinas Occelli, hijo del expresidente Carlos Salinas de Gortari, lideraba, junto con su socio Alex Betancourt, el Executive Success Program (ESP), el programa de cursos, seminarios de NXIVM. Él rechaza haber conocido las atrocidades que se cometían en el grupo y dijo que cuando se enteró, se alejó.
Figura clave también en NXIVM era Rosa Laura Junco, hija del empresario Alejandro Junco de la Vega, señalada por testigos como la encargada de guardar material comprometedor de las reclutadas, que después era usado a modo de chantaje, para impedir que las víctimas huyeran. Ninguno de los dos está acusado.
Pero Raniere defendió ayer su inocencia. “Es cierto que no me arrepiento de los crímenes que creo que de hecho no he cometido. Pero sí me arrepiento profundamente de todo este dolor”, afirmó Raniere ante la corte, mientras que sus abogados han afirmado en documentos judiciales que Raniere luchará “con todas sus fuerzas” para ser exculpado. El fiscal interino del distrito este de Nueva York, Seth DuCharme, calificó la sentencia de “victoria”. En septiembre, Clare Bronfman, heredera del imperio de licores Seagram, fue condenada seis años y 9 meses de prisión en relación con este caso. Otras cuatro coacusadas, incluyendo la actriz Allison Mack, se declararon culpables y esperan sentencia.