Valérie Bacot

, francesa juzgada por matar a su marido violento y proxeneta , fue condenada el viernes a una pena simbólica de cuatro años de cárcel, uno de los cuales condena en firme, por lo que salió libre del tribunal, pues ya había pasado un año presa.

La corte de Saône-et-Loire (este de ) fue más allá de la clemencia pedida por el abogado que llevaba la acusación.

Éste reclamó una pena de cinco años, cuatro condicionales, y calificó de víctima a esta mujer, quien fue violada, golpeada y prostituida durante años por su marido.

Valérie Bacot, de 40 años, era juzgada por haber matado de una bala en la cabeza a su marido Daniel Polette, 61 años, el 13 de marzo de 2016.

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Fue "víctima" de un marido proxeneta, había declarado el fiscal, que solicitaba clemencia para la acusada.

"Valérie Bacot no podía quitarle la vida a quien la aterrorizaba", pero hay que "enunciar la condena sin encarcelarla", añadió.

Subrayó también que sus cuatro hijos "necesitaban" a su madre.

"Empieza un nuevo combate para otras mujeres. No me siento aliviada, sino agotada, física y mentalmente", dijo a su salida del Palacio de Justicia de Saône et Loire, en el este de Francia, donde fue recibida entre aplausos.

En 2016 fue indultada por el entonces presidente, François Hollande, cuando el caso se convirtió en un reflejo de las fisuras de un Estado y unos servicios sociales que no fueron capaces de responder a años de denuncias.

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El crimen de Bacot se remonta a 2016, cuando disparó a su marido, Daniel Polette, tras escuchar una conversación entre él y la hija de ambos, de 14 años, en la que el hombre le preguntaba sobre su sexualidad. El temor a que la prostituyera, como venía haciendo con ella, la llevó a asesinarlo, según ha confesado.

Tras un fallido intento de provocarle una sobredosis con somníferos, tomó el revolver de su marido y horas más tarde lo mató de un tiro en la nuca.

Los abusos sufridos habían durado casi 25 años. Polette empezó a abusar de ella a sus 12 años, cuando todavía era pareja de su madre.

El hombre fue condenado a dos años de prisión en 1995 tras la denuncia de unos familiares, pero la madre -violenta y con problemas de alcoholismo- la obligó durante ese tiempo a visitarlo en la cárcel.

Al cumplir su condena, volvió al domicilio familiar. Bacot, que tenía 17 años, fue expulsada de su casa tras quedar embarazada de él, como cuenta en su libro "Tout le monde le savait" (Todos lo sabían). El hombre, 25 años mayor, se casó con ella y fruto de esa relación nacieron cuatro hijos.

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Su libro narra la relación con este hombre violento que la prostituía en las carreteras de la provincia, le pegaba y la amenazaba con armas, un drama que sólo salió a la luz a finales de 2017, cuando, denunciada por la madre del novio de su hija, fue detenida y confesó el crimen.

Sus familiares y colegas lo describían como un hombre violento, autoritario, alcohólico y posesivo, que dominaba el hogar imponiendo su terror, e incluso su propia hermana ha denunciado haber sido violada por él.

En internet, la petición en favor de su puesta en libertad había superado este viernes las 714 mil firmas en un contexto marcado por una concienciación creciente de la sociedad francesa sobre problemáticas como el incesto, la violencia machista y los abusos.

jabf/rcr

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