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En Alta Verapaz, Guatemala , una mujer con siete meses de embarazo fue encontrada el 13 de marzo en su casa con un machete en la mano y con manchas de sangre. En el lugar también se encontró el cuerpo sin vida de su esposo, quien había sido decapitado.
Carmela Jolomna Yat
contó a las autoridades que la detuvieron que su esposo Julio Cucul, de 35 años, llegó a su hogar en estado alcohólico, la amenazó con un machete y la obligó a que tuvieran relaciones sexuales. Acto seguido, ella lo atacó.
Cuando fue detenida, fue examinada por médicos, que identificaron heridas en diversas partes de su cuerpo.
Durante su audiencia, la defensa de Carmela Yat, a cargo del Instituto de la Defensa Público Penal (IDPP), presentó pruebas que demostraban la existencia de maltrato físico y sicológico que se vivía en la casa, que compartían con sus otros dos hijos. “Se entendió que fue en legítima defensa y que la vida de sus hijos y de ella corría peligro”, declaró Fernando Roata, coordinador del IDPP.
El canal de televisión ‘Telediario’ reportó que “hay informes hospitalarios de Carmela por agresiones físicas que le dio su pareja. Incluso, la comunidad donde vivían tenía conocimiento que Julio Cucul la agredía”.
De hecho, de acuerdo con el diario guatemalteco Prensa Libre, Carmela ya había presentado varias denuncias ante los juzgados por el maltrato que tanto ella como sus dos hijos padecían.
Al escuchar los gritos de la pareja, los vecinos del sector se acercaron a la casa para ver qué sucedía. Al encontrar a Carmela Yat cubierta de sangre, decidieron entregarla ante las autoridades.
A pesar de que el fallo judicial declaró que la mujer estaba actuando en legítima defensa, sus vecinos la expulsaron de la comunidad.
Según el portal digital ‘Línea Directa’, no consideran que se haya obrado con justicia en el caso, por lo que la expulsaron de manera definitiva y permanente.
La defensa de Carmela Yat, a cargo del Instituto de la Defensa Público Penal (IDPP), presentó pruebas que demostraban que en su casa se vivía un ciclo de violencia intrafamiliar del que sus hijos mayores, además, fueron testigos.
Se entendió que fue en legítima defensa y que la vida de sus hijos y de ella corría peligro”, declaró Fernando Roata, coordinador del IDPP.
De acuerdo con algunos medios, la mujer, junto con los hijos que tenía con su ahora fallecido esposo, fue trasladada a un centro asistencial.
agv