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Nate y Cole, los hijos de Madeline Kaklikos, son un milagro médico. Contra todo pronóstico, nacieron de dos úteros diferentes el 20 de febrero de 2023.
Durante mucho tiempo, Madeline y su esposo, Jon, trataron de concebir un bebé. Al ver que sus métodos no estaban teniendo resultados, decidieron acudir a un especialista para evaluar qué estaba pasando. El diagnóstico médico no solo los tomó por sorpresa, sino que también los devastó.
La mujer, quien tenía poco más de 20 años para ese entonces, fue diagnosticada con útero didelfo. En palabras simples, posee dos úteros y dos cuellos uterinos.
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Aunque en la mayoría de casos las mujeres con esta afección congénita rara desarrollan embarazos exitosos, Kaklikos tuvo que batallar y someterse a varios tratamientos para poder convertirse en mamá.
Antes de recibir la noticia de su condición, ya había sido diagnosticada con síndrome del ovario poliquístico en 2017; apenas tenía 18 años. Así que cuando se enteró que tenía dos úteros, hacia el año 2020, decidió no rendirse ante las bajas posibilidades de concepción y, junto con su pareja, optó por la fecundación in vitro (FIV).
“En nuestra primera recolección de óvulos, en 2021, obtuvimos cinco con los que pudimos crear dos embriones. Se colocaron en mi útero más accesible en mi lado derecho, pero no se tomaron. Seguimos intentándolo, pero cuando tuve mi octava ronda, estaba aterrorizada de que nunca tendríamos un bebé. Fue un momento oscuro, y realmente luché por encontrar esperanza”, relató Madeline, de acuerdo con The Mirror.
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No fue hasta la décima ronda de fecundación in vitro que, por fin, el sueño de Madeline y Jon se cumplió: iban a ser padres. La noticia los hizo estallar en lágrimas, pero sobre todo en felicidad, una vez el doctor les notificó su estado a través de una llamada telefónica en junio de 2022.
Poco después de recibir la noticia, la pareja acudió a su primera ecografía. Acostada en la camilla y acompañada de Jon, Madeline escuchó por primera vez el corazón de su bebé. Con la idea de que todo se encontraba en orden, salieron del consultorio y, diez semanas después, volvieron.En aquella oportunidad, Madeline y Jon notaron que algo estaba sucediendo. La tensión del momento no era más que la antesala de otro gran descubrimiento: la mujer no solo llevaba en su vientre un bebé, sino dos. Ambos en úteros diferentes.
“Mi mandíbula cayó al suelo y el color desapareció de la cara de mi esposo. Pensé que debía estar bromeando con nosotros”, relató Kaklikos con respecto a cómo vivieron ese momento.
A diferencia del primer bebé, el segundo era mucho más pequeño y había sido concebido de forma natural, tan solo una semana después de que la fecundación in vitro tuviera efecto.
Según contó Madeline a Daily Mail, los expertos les recomendaron no tener relaciones sexuales durante ese tiempo, pero ellos hicieron caso omiso. Al fin y al cabo, habían pasado años buscando un bebé y se encontraban en la décima ronda del procedimiento. Por sus cabezas nunca cruzó la posibilidad de quedar embarazados de forma natural y aún así lo hicieron, venciendo todas las probabilidades.
Embarazo de alto riesgo
Desde el primer momento, el embarazo de Madeline fue catalogado de alto riesgo, tanto así que los especialistas recomendaron a la pareja reducirlo a solo un bebé para no poner en peligro la vida del otro feto.
Sin embargo, la pareja decidió seguir adelante con ambos embarazos. “Me sentí muy segura porque estaba bajo el control constante”, mencionó Kaklikos al medio citado anteriormente.Teniendo en cuenta su afección y el hecho de que su cuello uterino estaba bloqueado, Madeline tuvo una cesárea planificada. El 20 de febrero de 2023 llegaron al mundo Nate y Cole, a través de una incisión externa.
Con emoción desbordada y un corazón que amenazaba con explotar de felicidad en cualquier momento, la joven sostuvo a sus bebés en brazos por primera vez. Luego, tuvieron que pasar unos días en cuidados especiales.
Separarse de sus bebés fue una tarea difícil para Kaklikos, quien llegaba a las 6 a. m. y se marchaba a las 9 p. m. del hospital. La dinámica se mantuvo así durante 17 días, hasta que los hermanos fueron dados de alta y regresaron a casa con sus progenitores.
A casi tres meses de haber traído al mundo a Nate y Col, tanto Madeline como Jon se sienten felices y plenos en su faceta como padres. La pareja, que vive en Melbourne, Australia, está redescubriéndose y llenando de amor a sus retoños. Cuando crezcan, incluso, planean decirles lo especiales que son.
"Al acunar a mis gemelos recién nacidos por primera vez, tuve esa sensación de la que todo el mundo habla. Un sentimiento que nunca pensé que experimentaría después de rondas infernales de FIV y más de dos años intentando tener un bebé, pero ahí estaba, no solo con uno sino con dos bebés”, sentenció Madelaine, de acuerdo con Daily Mail.
Uno en 50 millones
Desde que Madeline quedó embarazada de Nate y Cole, los especialistas le advirtieron que su caso era un milagro de uno en 50 millones.
El útero didelfo, con el que fue diagnosticada Madeline, es una anomalía congénita rara en la que las mujeres desarrollan un útero doble. Por lo general, las féminas que lo padecen no desarrollan síntomas. De allí que su descubrimiento se realice en exámenes pélvicos de rutina o durante pruebas de diagnóstico.
De acuerdo con Mayo Clinic, entidad de investigación médica, la mayoría de mujeres con útero doble tienen embarazos exitosos. Sin embargo, esta malformación puede aumentar el riesgo de tener un aborto espontáneo o un parto prematuro.
Una investigación publicada en la National Library of Medicine reveló que “entre el 2% y el 8% de las mujeres infértiles tienen una malformación uterina y entre el 5% y el 30%tienen antecedentes de aborto espontáneo”. Esto no implica, necesariamente, que el útero didelfo sea la causa de la infertilidad.
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