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Roma.— Matteo Salvini, el líder de la ultraderechista Liga y nuevo ministro del Interior italiano, prometió ayer en Sicilia utilizar el “sentido común” para acabar con naufragios y la llegada de migrantes y evitar que Italia sea “el campo de refugiados” de Europa.
“No tenemos una línea dura sino una línea de sentido común”, insistió Salvini, quien viajó a la isla sureña para respaldar a los candidatos locales de su partido.
“Los buenos tiempos para los clandestinos se han terminado: prepárense a hacer las maletas”, declaró el sábado. “Italia y Sicilia no pueden ser el campo de refugiados de Europa”, insistió ayer el ministro.
En cada una de sus etapas, era recibido por simpatizantes entusiastas, pero también por contramanifestantes de izquierda, aunque mucho menos numerosos. Frente al centro de identificación de migrantes de Pozzallo, bajo un sol abrasador, manifestantes de bandos contrarios estuvieron a punto de llegar a los golpes mientras esperaban su visita.
Aunque conservando su tono combativo, Salvini matizó algunas de sus declaraciones anteriores, como cuando la víspera había arremetido contra los barcos de socorro fletados por ONGs a las que calificó de “vicetraficantes” de personas.
“Nadie me quitará la certeza de que la inmigración clandestina es un negocio (...) y ver que hay gente que gana dinero a costa de niños que después mueren me indigna”, dijo tras la muerte durante el fin de semana de al menos 48 de migrantes frente a las costas de Túnez, otros nueve —entre ellos siete niños— frente a las costa de Turquía y uno más en aguas de España.
“Así que pienso que es mejor gastar el dinero [actualmente destinado al rescate y la acogida] en los países de origen. Ahora bien, si hay ONGs que quieren hacer el trabajo gratis, está bien”, declaró.
La localidad de Pozzallo, en el sur de Sicilia, está directamente afectada: los barcos militares o humanitarios que rescatan a migrantes en el Mediterráneo los llevan principalmente a este puerto y a otros del este de la isla, Augusta, Catania, Mesina.
El martes, el Luxemburgo, los ministros del Interior de la Unión Europea deben discutir la revisión de una regla que obliga a los migrantes a presentar su solicitud de asilo en el primer país europeo al que llegan, que por lo general es Italia o Grecia. Salvini no asistirá porque ese día se vota en el Parlamento italiano el voto de confianza de su gobierno.