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Washington.— La crisis migratoria en la frontera entre Estados Unidos y México fue uno de los temas que dominaron el arranque de la temporada de primarias en el Partido Demócrata, en un debate que lideró Julián Castro, el único candidato latino y exsecretario de Vivienda de la administración Obama, con su exigencia de que se deje de criminalizar a los inmigrantes indocumentados y los cruces hacia suelo estadounidense.
“No debemos criminalizar la desesperación”, dijo Castro, uno de los 10 precandidatos demócratas que subieron al escenario en Miami, en la primera de dos noches que dan el banderazo de salida a un campo extremadamente lleno de nombres.
La gran mayoría de aspirantes que participaron en el evento de ayer coincidieron. “Hemos cometido muchos errores criminalizando cosas, cuando no es la forma de lidiar con los problemas”, añadió el senador Cory Booker.
Castro fue, sin duda, el que más ideas propuso; no es baladí que sea el que tenga el plan sobre reforma migratoria más elaborado, una estrategia que incluso ha recibido el aplauso y apoyo de rivales en la contienda por la nominación demócrata como la senadora (y una de las favoritas) Elizabeth Warren.
Castro prometió “honrar el asilo” y garantizar un camino a la ciudadanía de los indocumentados; también acabar con la política de Tolerancia Cero de separación de familias, el programa de retorno a México de los solicitantes de asilo (que ya ha devuelto a más de 12 mil personas a territorio mexicano, cifra que sigue aumentando), y el fin de la política de “contador” de solicitudes que se pueden procesar al día, que está generando caos en la frontera.
Fue esa espera desesperante que provocó la muerte de un padre y una hija salvadoreños esta semana, imagen que recorrió todo el país como ejemplo de las políticas migratorias draconianas del presidente Donald Trump. “Nos debería enojar a todos. Nos debería incitar a todos a la acción”, exigió Castro, quien también propuso un plan Marshall para los países del Triángulo Norte.
“La situación ahora es inaceptable […] este presidente ha atacado y demonizado a los inmigrantes”, dijo Booker. Su prioridad, de llegar a la Casa Blanca, será restablecer el programa DACA que protege de la deportación a miles de jóvenes indocumentados, los dreamers.
Por su parte, el excongresista Beto O’Rourke, quien en español dijo que su idea es “tratar cada persona con el respeto y dignidad que merecen”, no quiso comprometerse a descriminalizar el cruce de fronteras. En dos horas de debate, pocas veces se mencionó al presidente Trump, quien pese a estar volando a Osaka (Japón) para asistir a la cumbre del G20, estuvo atento a la pantalla. “¡ABURRIDO!”, tuiteó.
Castro —uno de los ganadores de la noche— dejó una de las frases más memorables de la jornada: “En enero de 2021 diremos adiós a Donald Trump”. Dijo adiós en español. De hecho, tres de los candidatos (Castro, O’Rourke y Booker) se atrevieron, en algún momento de la noche, a usarlo en sus participaciones.
Hoy será el turno de otros 10 aspirantes de debatir, en un evento que incluye los nombres más fuertes: el exvicepresidente Joe Biden y el senador Bernie Sanders, junto otros grandes nombres como la senadora Kamala Harris o el alcalde Pete Buttigieg.