Kiev.— Ucrania se preparó para más ataques rusos contra infraestructuras energéticas clave, en lo que parece ser un patrón semanal, y advirtió sobre posibles evacuaciones de la capital, mientras la OTAN aseguró que el mandatario ruso, Vladimir Putin, “intenta utilizar el invierno como arma de guerra”.

El ministro de Relaciones Exteriores de Estonia se unió a sus homólogos de seis naciones bálticas y nórdicas, en la delegación más grande que visita Ucrania desde que Rusia lanzó su guerra a gran escala, para prometer generadores eléctricos, ropa de abrigo y alimentos.

El objetivo es ayudar a los ucranianos a hacer frente a los meses más fríos del invierno y mantener alta su determinación. “Rusia está atacando la seguridad energética civil, y es verdaderamente vergonzoso”, dijo en Kiev el ministro de Relaciones Exteriores de Estonia, Urmas Reinsalu.

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, advirtió que las tropas rusas “están preparando nuevos ataques y, mientras tengan misiles, no se detendrán”. Se reunió el lunes con altos funcionarios del gobierno, para discutir qué acciones tomar.

El secretario general de la Alianza Atlántica, Jens Stoltenberg, insistió en que el presidente ruso tenía la intención de usar la escarcha, la nieve y el hielo en su beneficio, no sólo en el campo de batalla, sino también contra los civiles ucranianos. El alcalde de Kiev, Vitali Klitschko, aseveró que algunos de los 3 millones de habitantes de la ciudad podrían ser evacuados a un lugar donde los servicios esenciales serían menos propensos a los cierres causados ​​por ataques con misiles.

También el lunes, Rusia negó que planee retirarse de la planta de energía nuclear de Zaporiyia, en el sur de Ucrania, que ha ocupado desde los primeros días de la guerra.

El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, dijo en una llamada con los periodistas que no tenía sentido buscar señales de una retirada de la planta “cuando no las hay y no puede haberlas”.

Los comentarios de Peskov fueron en respuesta a las afirmaciones de Ucrania de que las fuerzas rusas estaban obligadas a retirarse de la planta cuando se enfrentaran a una contraofensiva ucraniana. La planta se cerró debido a los repetidos bombardeos, por los que Rusia y Ucrania han intercambiado culpas.

El organismo de control nuclear de la ONU y los líderes internacionales han instado a Rusia a desmilitarizar la planta para evitar un desastre nuclear, pero Moscú ha rechazado las demandas, al argumentar que necesita mantener tropas ahí para garantizar su seguridad.

Pospone reunión

Mientras, la reunión prevista entre rusos y estadounidenses para discutir sobre la posible reanudación de sus inspecciones en el marco del tratado de desarme nuclear New Start fue aplazada sine die (sin fecha), anunció el lunes la diplomacia rusa. “La sesión de la comisión consultiva bilateral sobre el tratado Start ruso-estadounidense, inicialmente prevista en El Cairo, del 29 de noviembre al 6 de diciembre, no tendrá lugar en las fechas indicadas”, afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores ruso, citado por la agencia TASS.

Estados Unidos declaró que busca reanudar “cuanto antes” el diálogo con Rusia sobre el desarme nuclear.

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