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Laredo, Texas.— La decisión del gobierno de Estados Unidos de dejar de aceptar citas a través de su aplicación CBP One para solicitantes de asilo en el cruce fronterizo de Laredo, Texas, pone en duda la calidad de México como país seguro para recibir migrantes.
Apenas el pasado 11 de mayo, el secretario estadounidense de Estado, Antony Blinken, dijo en entrevista con PBS que, en los hechos, México es un país seguro para ofrecer asilo y trabajo a los migrantes. El mismo funcionario que había señalado que partes de México están bajo control de los cárteles, alegó que es un país vasto, “con grandes diferencias dependiendo de dónde usted esté. Depende mucho de qué parte del país estemos hablando”.
Sin embargo, la agencia Associated Press reveló este lunes que la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés) suspendió el servicio para agendar nuevas citas a través de la aplicación One de la agencia para el cruce fronterizo de Laredo, Texas. La medida se tomó luego de que varios solicitantes de asilo comentaron a AP que funcionarios mexicanos en la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, limítrofe con Laredo, Texas, los habían amenazado con retenerlos y hacerlos perder sus citas a menos de que les dieran dinero.
Grupos humanitarios de Laredo señalaron que recientemente notificaron a la CBP los problemas y que algunos grupos estaban controlando el acceso al cruce internacional en el lado mexicano. AP recordó que, a principios de este mes, EL UNIVERSAL publicó un video en el que se veía a un agente federal recibiendo billetes de los migrantes y metiéndolos en el bolsillo mientras comprobaba sus pasaportes en Jalisco. La agencia de migración dijo haber suspendido a dos de los agentes en ese lugar.
Defensores de migrantes dijeron que la situación en Nuevo Laredo, que se ha visto azotado por enfrentamientos entre cárteles de droga, entre otros problemas, pone en duda el argumento de EU de que México es un sitio seguro para los migrantes.
Desde el fin del Título 42, y el anuncio de que se impulsaría el uso de CBP One, ONG como WOLA exigieron al Estado mexicano garantizar el respeto a los derechos humanos de los migrantes.
Las historias de extorsión se repiten. Rafael Álvarez, de 29 años y que huyó de Venezuela, dijo que tras llegar a Nuevo Laredo a principios de junio, las autoridades migratorias de México en el aeropuerto le confiscaron sus documentos para poder viajar, incluida una hoja impresa de un correo electrónico que confirmaba su cita a través de la aplicación One de la CBP, y le exigieron que pagara mil pesos mexicanos. Fue detenido con otros migrantes.
Los funcionarios, señaló, amenazaron con mantenerlo detenido para que perdiera su cita. Álvarez, cuya cita estaba programada para el día siguiente, dijo que se negó a pagar y eventualmente fue liberado, pero cinco rusos que estaban detenidos con él pagaron un total de 5 mil pesos.
Héctor Silva, director de la Casa Senda de Vida en Reynosa, Tamaulipas, alertó que la suspensión de citas en Laredo significará “un gran caos”, pues los migrantes se irán a los otros accesos fronterizos para presentar sus solicitudes y “ya no hay capacidad” para recibirlos. Sólo en Reynosa, la Casa Senda de Vida cuenta con 2 mil migrantes. AP y Sandra Tovar, corresponsal