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El embajador de México en Corea del Sur, Bruno Figueroa, honró hoy en Seúl la figura de los mexicanos que participaron en la Guerra de Corea bajo bandera estadounidense , un colectivo del que, pese a sumar miles de personas, apenas se ha investigado.
En una conferencia titulada "Mexicanos: los soldados olvidados de la Guerra de Corea" y presentada en el Ministerio de Exteriores surcoreano con motivo del 70 aniversario del conflicto, Figueroa desgranó los escasos datos que se conocen y los que ha logrado indagar con la colaboración de la Cancillería mexicana y el Gobierno del país vecino.
Según contó, aunque aún no se conocen datos precisos, se sabe que 180 mil soldados estadounidenses -10% del contingente que luchó en Corea entre 1950 y 1953- eran "hispanos", y que más de 100 mil eran o bien nacidos en México o estadounidenses de padres mexicanos.
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A su vez, 3 mil 734 de estos soldados fallecieron en la contienda, lo que supone algo más de 10% de las bajas estadounidenses en combate.
Para conocer los datos exactos, recordó el diplomático, hará falta consultar "una a una" las hojas de registro de cada soldado alistado en esa guerra archivadas en el Departamento de Defensa en Washington.
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México, que envió ayuda humanitaria a la península durante la guerra, no estuvo entre los 16 países que bajo bandera de la ONU y mando estadounidense apoyaron a Corea del Sur, pero sí lo hicieron miles de mexicanos emigrados (o hijos de emigrados), muchos de los cuales se alistaron voluntariamente ante la falta de perspectivas laborales.
Es el caso de Roberto Sierra Barbosa, que reside a sus 90 años en la ciudad mexicana de Guadalajara y con el que Figueroa habló en persona.
Según le contó, hasta hoy nunca compartió con su familia sus experiencias como operador de radio con el Cuerpo de Marines estadounidense.
También están las vivencias de Jesús Rodríguez, nacido en California en 1932 y que dejó escrito en sus memorias cómo se presentó voluntario a los 17 y participó en las batallas de Chinju, Naktong o en la invasión de Corea del Norte cuando la coalición de la ONU cruzó la divisoria a final de 1950.
Recuerda también cómo a los oficiales no les gustaba que los mexicanos hablaran español entre ellos: "pero era difícil de hacer cumplir porque no podían estar encima nuestro todo el rato", escribió.
Más singular aún es lo que le ocurrió a Florentino Gonzales (Chicago, 1928), al que los norcoreanos hicieron desfilar por Seúl portando pancartas con propaganda tras ser capturado durante la batalla de Osan.
Aunque la mayoría fueron soldados rasos, algunos ascendieron en el escalafón, como Richard E. Cavazos, fallecido en 2017 y primer estadounidense de origen mexicano en convertirse en general de cuatro estrellas.
Todos ellos, opinó Figueroa, dejaron su huella en Corea y "merecen un hueco en los libros de historia".
lsm/fml