Más Información

"Mañana se detiene la invasión en nuestras fronteras", dice Trump; asegura que firmará las órdenes “más agresivas”

“Baby Trump, te comportas como niño”; migrantes y deportados castigan piñata de Trump frente a muro fronterizo

Ante toma de posesión de Trump, Sheinbaum reitera defensa a connacionales; “México no es colonia de nadie”, dice

Sedena ofrece disculpa pública por desaparición y asesinato de José Salvador en Guanajuato; fue detenido en 2017 por militares

Trump firmará más de 200 órdenes ejecutivas en su primer día; decretará emergencia nacional en la frontera, reportan medios

Ante llegada de Trump, baja presencia de migrantes en Coahuila; autoridades cuentan con plan de contingencia

Temen que Trump vuelva a separar a padres e hijos en deportaciones; albergues migratorios de Sonora esperan colapso en fronteras
Londres.— Fueron varias millas las que recorrió María de la Paz Tissier hasta lograr ejercer su voto en la casilla 57, en la primaria Daubeney, en Homerton, un distrito ubicado el este de la capital británica.
Todo comenzó hace cinco semanas, cuando el premier británico Boris Johnson llamó a elecciones parlamentarias.
Durante el recorrido, la mexicana tocó puertas, repartió volantes de su candidato, asistió a mítines y confrontó con argumentos a conservadores y sus dogmas.
“El simple hecho de votar no era más opción, estaba obligada a participar de otra forma”, dice la originaria de los Reyes la Paz, Estado de México, quien durante 26 años ha hecho de todo para ganarse la vida en Londres, desde contaduría hasta la venta de comida. “Me dije: ‘¡No nos vas a manipular más, no más! ¡Basta!’, por eso salí a la calle”, señala a EL UNIVERSAL la mexicana de 59 años.
Igualmente, continúa, la motivó la situación que viven sus familiares. “Mi hija va a terminar la universidad con una deuda de 50 mil libras. Esto provocó que mi hijo de 17 años decidiera no ir a la universidad, dice que no quiere terminar endeudado el resto de su vida. ¿Cuál estado de bienestar? Los recortes nos están asfixiando”, se cuestiona.
El caso de Paz no es aislado, ilustra un fenómeno que distinguió a estas elecciones de ediciones pasadas, el de mujeres mexicanas que no se conformaron con votar y decidieron involucrarse en impulsar la participación.
Al igual que la mexicana, madre de tres hijos, se implicaron en la campaña y por iniciativa propia las connacionales Odette Farrell y Laura Ortiz.
Laura, abogada especializada en temas migratorios, dice que no podía quedarse con los brazos cruzados cuando en su escritorio lloran adultos desesperados por el endurecimiento de las políticas de estadía.
También la llevó a actuar la crisis de la vivienda y de acceso a la salud pública.
“Enfermarte en este país puede costarte la vida por lo restringido que están los servicios y las largas listas de espera. A mi hermano le atendieron una úlcera hasta que los dolores eran insoportables”, recuerda.
Si bien comparte el análisis de que nunca antes se habían movilizado tantos mexicanos en una elección británica, afirma que el fenómeno no fue exclusivo de sus connacionales.
“No sólo se movilizaron muchos mexicanos, también muchos inmigrantes y muchas minorías. Es realmente la primera vez que nos hemos convertido en la fuerza de una campaña, porque estamos viendo las implicaciones de las políticas de austeridad en nuestras vidas todos los días”, dice a este diario al salir de una casilla del distrito Kensal Green en compañía de su perro Parka.
Lila Caballero, quien vive en este país desde hace 12 años, no hizo canvassing (campaña puerta a puerta), como dicen los británicos. Resultó imposible despegarse del hogar con un bebé de 15 meses en casa, explica.
“El que en estas elecciones hubiera mexicanos súper activos es una señal clara de desesperación y de urgencia por cambiar las cosas en el país”, dice la investigadora en una organización especializada en cooperación al desarrollo. La originaria de la Ciudad de México afirma que estos comicios representaron la última oportunidad de parar el Brexit, que de concretarse, volverá realidad los miedos de que su hijo, de raza mixta, crezca en una sociedad en la que ha prevalecido la discriminación y la xenofobia.