San Pedro Sula.— Mario Castellanos, el niño de 12 años que se volvió emblema de la primera caravana migrante a Estados Unidos, y quien fue deportado a Honduras tras ser capturado por la policía mexicana, dijo ayer que se escapó del albergue donde lo tenía recluido el gobierno.

Mario relató al telenoticiario Hoy Mismo, de canal 3, que escapó la noche del viernes de un hogar a donde lo internaron luego de ser deportado de México el pasado 25 de octubre.

“Yo estoy triste porque me dicen que me pueden agarrar otra vez y me pueden llevar [al hogar de la estatal Dirección Nacional de la Niñez, Adolescencia y la Familia [DINAF]”, expresó el menor en una entrevista autorizada por su padre, José Mario Castellanos, de 48 años.

Mario fue recibido por autoridades que lo llevaron a Belén, un centro de atención de niños migrantes retornados adscrito a la DINAF en San Pedro Sula, y luego trasladado a un hogar temporal.

Cuando el menor llegó a Honduras, la primera dama, Ana García de Hernández, explicó que las autoridades no entregarían el niño a sus padres hasta que ellos demostraran las condiciones de vida de su familia y dijo que el gobierno lo apoyaría para reinsertarse en el sistema escolar.

“Yo me siento feliz en mi casa, que no me vuelvan a agarrar”, demandó el menor, quien pidió públicamente al presidente Juan Orlando Hernández que le dé su “casita y una beca para estudiar”, porque quiere ser ingeniero.

El padre de Mario dijo que estaba haciendo gestiones para que le devolvieran a su hijo, pero las autoridades se negaban. En tanto, la Dinaf aseguró que “ha realizado operativos” en las calles buscando al menor, y a pesar de la negativa de los padres de dar información sobre su paradero, buscará “garantizar el goce de los derechos del niño”.

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