San José.— Si la fecha de hoy será clave para el pueblo venezolano, al acudir a votar y elegir al próximo presidente de Venezuela, la de mañana será todavía de mayor trascendencia interna y externa. La pregunta de… ¿y el 29 qué? prevaleció en el escenario político venezolano.
Si las previsiones se cumplen hoy y la oposición venezolana gana la Presidencia y el régimen de Caracas acepta su derrota, mañana se iniciará un complicado proceso de transición del Poder Ejecutivo, que es lo único que, con militares y policías, realmente estará en juego este domingo.
Este escenario marcaría el arranque de una fase pacífica y cívica de traspaso del poder. Si triunfa el opositor derechista Edmundo González, de la (opositora) Plataforma Unitaria Democrática (PUD), deberá asumir formalmente el 10 de enero de 2025. Por eso, el tránsito de 136 días entre ambas fechas será esencial para el futuro de Venezuela, ante la posibilidad de que el régimen decida admitir que perdió.
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No obstante, el cuestionado presidente autodefinido izquierdista de Venezuela, Nicolás Maduro, candidato del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), proclamó repetidamente este mes que vencerá y que, de lo contrario, habrá un “baño de sangre” y una guerra civil. En ese escenario, la esperanza de que el régimen reconocería que perdió pareció desvanecerse.
Si eventualmente el oficialismo llegaría a permitir que González llegue a instalarse en el más importante escaño del Palacio de Miraflores, en Caracas y sede del Poder Ejecutivo, el nuevo presidente deberá enfrentar una gigantesca maquinaria que operará en su contra.
El régimen controla la Asamblea Nacional, el Tribunal Supremo de Justicia, el Consejo Nacional Electoral, el Distrito Capital, 20 de 23 gobernaciones, 220 de 335 municipios y todos los hilos militares, policiales, paramilitares y parapoliciales.
“No nos van a aguantar un año”, advirtió el dirigente oficialista Freddy Bernal, gobernador del oriental estado de Táchira y uno de los jerarcas del temible aparato de represión política, sobre el futuro de una gestión de González, de seis años.
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En una entrevista este mes con medios afines al régimen, Bernal anticipó que, si Maduro y sus fuerzas aceptan la derrota por tener “talante democrático”, los opositores “van a salir corriendo”.
“Van a tener que renunciar y salir corriendo”, subrayó, al aclarar que “eso es una pesadilla que nunca va a ocurrir en Venezuela” porque ya Maduro garantizó su victoria y permanecerá en la silla de Miraflores.