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San José. – Con sigilo y encubierto como protagonista de una ofensiva diplomática mundial por la paz, el presidente brasileño, el izquierdista Luiz Inácio Lula de Silva, convirtió a Brasil, de febrero a junio de 2023, en un aliado estratégico del presidente ruso, Vladimir Putin, para el sostenimiento financiero de la guerra de Rusia contra Ucrania.
Lula inyectó mil 255 millones 882 mil 280 dólares a la economía rusa al recortar las compras de diésel de Brasil a Estados Unidos y sustituirlas por importaciones desde Rusia.
“Brasil reemplazó una parte significativa de las importaciones de petróleo de EU con las enviadas desde el régimen de Putin”, alegó el analista e investigador independiente brasileño Leonardo Coutinho, presidente de Inbrain Consultants, consultora privada de Washington.
“El cambio es tan profundo que (en 2023) el Brasil de Lula importó más combustible ruso que la suma de las importaciones (de Rusia) del mismo producto realizadas en los 12 años anteriores. El flujo de diésel ruso a Brasil en los primeros cinco meses de 2023 fue 48.7% mayor que el total de diésel ruso importado por compañías brasileñas entre 2010 y 2022”, dijo Coutinho en un análisis que envió a EL UNIVERSAL.
En este escenario energético, Lula colocó a Brasil —la economía más grande de América Latina y el Caribe— como socio crucial de Putin, pese a que el mandatario brasileño intentó este año convertirse en un mediador imparcial entre Moscú y Kiev para terminar con la guerra que Rusia lanzó en febrero de 2022 contra Ucrania.
Tras iniciar su tercer cuatrienio el primero de enero de este año, y luego de que en los dos primeros —consecutivos de enero de 2013 a enero de 2010— convirtió a Brasil en un relevante jugador internacional, Lula emprendió una ofensiva de paz para poner fin a la guerra de Rusia contra Ucrania y tratar de reubicar a Brasilia como pieza referente de la política global.
El frustrado despliegue de Lula de su controversial iniciativa para el cese de la guerra ruso-ucraniana se desvaneció, generó desconfianza en Kiev y dañó su credibilidad como mediador por dos hechos puntuales en abril: tras acusar a Ucrania de unirse a Rusia para iniciar la guerra, advirtió que ese país deberá resignarse a ceder soberanía y territorios a Moscú.
En una conferencia cumbre esta semana en Bruselas de los jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y de la Unión Europea, Lula ratificó que mantiene una política neutral frente al conflicto bélico en Ucrania.
Sin referirse a la importancia de las importaciones brasileñas de diésel de Rusia, Lula declaró en Bruselas que “la guerra en el corazón de Europa arroja un manto de incertidumbre sobre el mundo y canaliza recursos que eran esenciales para la economía y los programas sociales con fines bélicos”.
El aporte financiero de Brasilia a Moscú al adquirir diésel ayudó a Putin a compensar parte del severo impacto de las sanciones económicas que Washington, la UE, Reino Unido, Japón, Canadá y Australia, entre otros países y bloques de Occidente, le impusieron luego de que, el 24 de febrero de 2022, las tropas rusas atacaron a Ucrania. Putin justificó su ataque con que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) intentó cercar a Rusia.
Los datos del gobierno de Brasil en poder de este diario sobre las cantidades pagadas por Brasil a Rusia y a EU por compra de diésel mostraron lo siguiente:
+ Las importaciones totales de diésel de Brasil desde EU bajaron de 3 mil 259 millones 718 mil 992 dólares de enero a junio de 2022 a mil 469 millones 83 mil 843 dólares de enero a junio de 2023.
+ Del total de importaciones de diésel de Brasil en el primer semestre de 2023, el 33% procedió de Rusia. En mayo de este año equivalió al 47.6% y el mes anterior al 64%.
+ Los meses claves para confirmar el proceso paulatino de preferencia de Lula por el diésel de Putin fueron coincidentemente abril de 2022 y de 2023. Las importaciones brasileñas de diésel de EU bajaron de mil 44 millones 201 mil 795 en abril del año anterior a 130 millones 914 mil 232 dólares a abril del actual. El canciller ruso, Serguéi Lavrov, visitó a Lula en Brasilia en abril pasado.
+ Las exportaciones rusas de diésel a Brasil sumaron apenas 3 millones 163 mil 305 dólares en abril de 2022.
+ Rusia exportó diésel a Brasil en 2022 por 95 millones 94 mil 157 dólares, en ventas intermitentes (enero, marzo, abril, octubre, noviembre y diciembre) y diferente a 2023 con negocios continuados a partir de febrero.
+ Las compras brasileñas de diésel ruso subieron paulatinamente de 98 millones 60 mil 234 dólares en febrero de 2023 a 344 millones 621 mil 14 dólares en junio pasado. Mayo de 2023 fue el segundo con más importaciones de diésel ruso, por 325 millones 570 mil 305 dólares.
+ Las importaciones brasileñas de diésel de Rusia, EU y de sus otros proveedores —China, India e Irán— sumaron 10 mil 344 millones 629 mil 463 dólares de enero a diciembre de 2022. De ese total, las procedentes de EU alcanzaron 8 mil 15 millones 428 mil 396 dólares y equivalieron al 77,4%.
+ Brasil pagó 3 mil 343 millones 228 mil 13 dólares de enero a junio de 2023 por importar diésel de los cinco.
“Es brutal la cantidad de diésel que está viniendo de Rusia a Brasil y que, en los cinco meses de febrero a junio de 2023, fue equivalente a todas las compras hechas en los 20 años anteriores por Brasil a Rusia de diésel”, precisó Coutinho a este diario.
Tras recordar que “Brasil no tenía a Rusia como proveedor tradicional de diésel”, confirmó que “esto empezó despacito” con el anterior presidente brasileño, el capital en retiro ultraderechista Jair Bolsonaro.
“Bolsonaro abrió la puerta a los rusos y, con Lula, los rusos no solo pasaron por la puerta: se tomaron la casa y están haciendo todos los negocios en Brasil con diésel”, agregó.
En su gestión, de enero de 2019 a enero de 2023, Bolsonaro mostró un incesante acercamiento con Putin. El entonces mandatario brasileño fue recibido por su colega ruso el 16 de febrero de 2022 en el Kremlin: la invasión de Rusia a Ucrania fue ejecutada solo ocho días después.