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El primero es un barco de bandera española que lleva doce días solicitando infructuosamente permiso para atracar con 151 migrantes rescatados en aguas del Mediterráneo.
El otro, de bandera Noruega pero fletado por las ONGs SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras, rescató a otros 105 el lunes, para sumar 356 a bordo en poco más de una semana.
Y el Ocean Viking, al igual que el Open Arms, tampoco ha podido conseguir un puerto seguro en el que depositar toda su polémica carga.
"Cada día que pasa es más difícil", alertó la ONG española Proactiva Open Arms, la dueña del barco del mismo nombre dedicado al rescate de migrantes que tratan de llegar a Europa a través del Mediterráneo.
Según la organización, los migrantes -entre los que hay 31 niños- están hacinados en la cubierta de la embarcación, en medio de un mar cada vez más picado, mientras Europa mira a otro lado.
"Es infame el silencio de Europa. La falta de humanidad y empatía les hace más culpables", dijo la ONG en declaraciones recogidas por la agencia Efe, sobre la falta de respuesta a sus llamados y los del Ocean Viking.
Si algo se está moviendo en las instituciones europeas, lo hace muy lentamente.
El nuevo presidente del Parlamento Europeo, David Sassoli, le envió la semana pasada una carta al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, exigiéndole involucrarse en la búsqueda de una "respuesta inmediata" a la situación del Open Arms, así como "una distribución equitativa de los migrantes".
Y, según Efe, la Comisión asegura estar en contacto con los Estados miembros de la Unión Europea "para explorar soluciones".
Pero la institución también reconoció que "no ha iniciado todavía una coordinación puesto que ningún país se lo ha solicitado".
"Saboteado y obstaculizado"
La situación recuerda el caso del Aquarius, la embarcación que en junio del año pasado rescató a más de 600 migrantes en aguas del Mediterráneo pero se vio negar el ingreso a Italia y Malta, los dos países europeos más cercanos.
Eventualmente, y después de mucha polémica, los migrantes fueron recibidos por España.
A finales de 2018, sin embargo, el Aquarius se vio obligado a suspender las operaciones de búsqueda que realizaba por cuenta de SOS Mediterranée y Médicos Sin Fronteras (MSF).
Y la directora de esta última organización, Nelke Manders, también acusó a Europa de haberlos "saboteado y obstaculizado".
"El fin del Aquarius significa más muertes en el mar y más muertes innecesarias de las que nadie será testigo", denunció en esa oportunidad Manders.
Y el alto número de migrantes rescatados desde el reinicio de las operaciones de rescate de MSF y SOS Mediterranée el lunes pasado, ahora con el Ocean Viking, parece demostrar que el problema está lejos de haber terminado.
La mayoría de los migrantes rescatados por la embarcación noruega, entre los que también hay 29 menores, son de origen sudanés y fueron rescatados cerca de las costas de Libia.
De ahí también zarparon la mayoría de los rescatados por el Open Arms, llevando consigo "signos inequívocos de la violencia sufrida" en el país africano, dijeron sus tripulantes.
Por eso mismo es que los barcos no consideran a Libia, que ya se ha ofrecido a recibir a los migrantes, como un puerto seguro, e insisten en atracar en Italia o Malta, los países europeos más cercanos.
"A España o Noruega"
Por lo pronto, en el caso del Open Arms, dos mujeres enfermas pudieron ser evacuadas el lunes a Malta, junto a sus familiares, un día después de que un hombre también fuera trasladado a un hospital de la ciudad italiana de Lampedusa.
Pero Italia se niega tajantemente a dejar atracar a esa embarcación y al Ocean Viking, los que según una ley aprobada la semana pasada ambas embarcaciones podrían ser incautadas y multadas con hasta un millón de euros en caso de intentarlo.
"Italia no es un campamento de refugiados de Europa. Que vayan a España o Noruega", dijo, tajante, el vice primer ministro italiano, Matteo Salvini, en declaraciones a la televisora estatal, RAI, el pasado fin de semana.
"Trabajando desde esta mañana para evitar el desembarco de 500 inmigrantes", se reafirmó en un mensaje publicado este lunes por la mañana en sus redes sociales.
El también ministro del Interior quiere que el resto de países de la UE asuman una mayor responsabilidad en la acogida de migrantes y ha hecho todo lo posible para cerrarles las puertas.
Y en el caso del Open Arms ha insistido que la responsabilidad de los migrantes es de Madrid, por tratarse de un barco de bandera española.
Malta, por su parte, se ha dicho dispuesta a recibir únicamente a los 39 pasajeros del Open Arms rescatados dentro de su área de búsqueda y rescate.
"Malta solo puede asumir su propia responsabilidad, ya que no se han ofrecido otras soluciones ", aseguraron las autoridades maltesas en un comunicado.
Y, según SOS Mediterranée, el pequeño país insular también le negó al Sea Viking el permiso para ingresar siquiera a sus aguas territoriales para repostar, sin ofrecer ninguna explicación para la negativa.
La posición de España
El gobierno español, por su parte, ha dicho que el Open Arms todavía no ha pedido permiso para dirigirse a un puerto español pero también insistió en que era Italia quien tenía que recibir a los migrantes.
"Lo más sensato es que se dirija al puerto cercano más seguro, que se encuentra en las costas italianas", declaró este lunes la ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Y Montero también descartó la noción de que los migrantes puedan ser considerados responsabilidad exclusiva de España, abogando porque sea la Unión Europa la que "distribuya después a estas personas".
En la misma línea, el ministro de Fomento en funciones, José Luis Ábalos, descalificó la solicitud de asilo en España para los 31 menores a bordo de la embarcación, hecha por su capitán, aduciendo que este no tenía las competencias legales para hacerlo.
Y en declaraciones a la cadena Telecinco, Ábalos dijo que esas acciones probablemente tenían como objetivo "presionar al Gobierno de Italia", coincidiendo así, inadvertidamente, con algo dicho por Salvini.
"Quizá estos señores solo quieren hacer una provocación política: evidentemente la vida de las personas a bordo no es su verdadera prioridad, sino que quieren a toda costa trasferir a los clandestinos en nuestro país", dijo el vice primer ministro italiano cuando el Open Arms llevaba seis días en el Mediterráneo.
"Le habría dado tiempo a alcanzar España, el país de esta ONG, que ha dado bandera a su nave y donde algunos alcaldes están dispuestos a la acogida", apuntó entonces.
En declaraciones al diario español El Mundo, sin embargo, Proactiva Open Arms explicó que "no piden un puerto español, pues implica cuatro días de travesía y de llegar a España, el barco sería inmovilizado, probablemente".
Y, mientras la situación se resuelve, dos barcos europeos cargados con migrantes siguen deambulando sin puerto por las aguas del Mediterráneo.
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