Londres.— Era un terrorista que estaba bajo libertad condicional; asistía a una conferencia sobre rehabilitación de reos y exprisioneros, en el Fishmongers Hall, cerca del puente de Londres, cuando el viernes comenzó a acuchillar a la gente, antes de las 14:00 horas (tiempo local).

El agresor, de nombre Usman Khan, llevaba un dispositivo electrónico de seguimiento desde que el pasado diciembre salió en libertad condicional, también tenía un falso chaleco suicida y cuchillos. La Universidad de Cambridge, que organizó el evento, creyó que era un ejemplo de rehabilitación... se equivocó.

El británico de 28 años fue arrastrado afuera del recinto por asistentes a la plática. En el puente fue derribado por otros exreos (incluyendo a uno que mató a una joven con discapacidad de 21 años, en julio de 2003) , un cocinero y agentes, y luego abatido por la policía.

Al visitar el lugar del ataque, el premier Boris Johnson dijo que “no tiene sentido que personas que han sido condenadas por crímenes de terrorismo (...) sean puestas en libertad anticipada”. Siguió: “Creemos que esta gente debe cumplir íntegramente la pena a la que ha sido sentenciada”. Recordó que el plan de su partido aboga por un régimen penitenciario más duro. Propone sentencias mínimas de 14 años y acabar con la liberación temprana para extremistas.

En el marco de las campañas por las elecciones del 12 de diciembre, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, y el líder laborista Jeremy Corbyn criticaron los recortes al sistema penitenciario. Brandon Lewis, secretario de Estado encargado de la Seguridad, afirmó a la BBC que el ataque se podía considerar un “fracaso” y un error de las autoridades.

En los videos difundidos en redes sociales se ve a un civil vaciando un extintor en dirección a Khan. Otro le apunta con un cuerno de narval. En las imágenes, un hombre con traje y corbata se aleja del grupo que rodea al agresor con un cuchillo en la mano, pidiendo a otros testigos que retrocedan. Según la prensa, es un policía vestido de civil.

Más allá de estos actos de valentía, la cuestión es saber la razón por la cual Khan pudo beneficiarse de la libertad anticipada y si era vigilado por las autoridades.

Vajahat Sharif, abogado del caso de Khan, dijo que el atacante, quien nació y creció en Stoke-on-Trent, Staffordshire, solicitó en ocasiones algún tipo de ayuda para “desradicalizarse”, que nunca llegó. Un exfiscal reveló que en el pasado le planteó a Johnson los riesgos de liberar a terroristas sin desradicalizarlos, pero le dijo que “no había dinero” para mejorar la atención sobre ellos.

La policía precisó que Khan había sido condenado en 2012 por su participación en un complot inspirado en Al-Qaeda para hacer estallar la Bolsa de Valores de Londres. También buscó hacer volar el Big Ben, la abadía de Westminster, la embajada estadounidense en Londres y la casa de Johnson. Al final, Khan quedó en libertad condicional en 2018. “Debe haber una investigación muy completa”, dijo Corbyn. El Estado Islámico dijo que el ataque fue llevado a cabo por uno de sus combatientes.

Un hombre y una mujer murieron en el ataque. Medios identificaron a una de las víctimas como Jack Merritt, coordinador del curso Learning Together, plan de rehabilitación de reclusos que celebró la conferencia. Según el Servicio Nacional de Salud, tres personas siguen hospitalizadas. Las autoridades dijeron que no buscan a más sospechosos.

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