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Un hombre que mató a su hijo en 2020, en la ciudad de Mar del Plata, Argentina , será ahora juzgado por un jurado popular, tras haber sido imputado por el delito de “homicidio agravado por el vínculo”. En aquel momento, el agresor, detenido desde hace casi ya dos años, había sorprendido a las autoridades con una terrible confesión. “Le disparé porque me tenía cansado”, alegó.
Según publicó el diario La Capital, Guillermo Cuenca se encuentra detenido desde el 4 de junio de 2020 luego de haberle disparado en el pecho a su hijo, Diego, de 28 años. El acusado será sometido ante un juzgado popular a cargo del Tribunal Oral en lo Criminal N° 2.
Si bien la investigación estuvo a cargo del fiscal Pablo Lódola, Romina Díaz será la fiscal que sostendrá la acusación por “homicidio agravado por el vínculo”. De acuerdo con el medio local, desde un primer momento la defensa de Cuenca sostuvo que el disparo ocurrió en el marco de legítima defensa, y se centró en un supuesto contexto conflictivo del joven quien, según indicaron algunos testigos, tenía problemas de consumo de alcohol y otras sustancias.
Asimismo, según se precisó la relación padre hijo era violenta y las peleas en el domicilio compartido eran frecuentes. Incluso, la policía ya había sido alertada de la situación y visitado en más de una oportunidad el hogar de la familia Cuenca, situado en Figueroa Alcorta al 2000.
En 2017, la hermana del joven había abandonado la casa, ya que este la agredía y “le daba miedo”.
El homicidio
El 4 de junio de 2020, se desató una pelea entre los dos hombres que alertó a la madre del joven, quien decidió dar aviso al 911. Cuando las autoridades finalmente llegaron, el conflicto se había calmado, por lo que los oficiales se retiraron.
Sin embargo, horas después, padre e hijo comenzaron a pelearse de nuevo y la madre del joven volvió a dar aviso al 911. En esta oportunidad cuando la Policía llegó al lugar, Diego Cuenca saltó un paredón y se escapó. “Si mi hijo vuelve le voy a pegar un tiro”, había advertido Guillermo Cuenca frente a su esposa y las autoridades, aunque ninguno de los presentes lo tomó como una amenaza real y los oficiales volvieron a abandonar el domicilio.
A la media hora cuando el joven regresó los dos hombres retomaron la discusión y esta vez la mujer optó por abandonar la casa. “Bueno, mátense, yo me voy”, dijo. “Si te vas, le voy a pegar un tiro”, respondió Guillermo Cuenca horas antes del homicidio.
Cerca de las 23, la discusión escaló y el hombre tomó una pistola calibre 14, marca Ranger, y le disparó a su propio hijo en el pecho, provocándole una herida debajo de la tetilla izquierda, a la altura del corazón.
Ante los gritos de auxilio, uno de los vecinos llamó nuevamente al 911. “Me disparó mi viejo, llama a una ambulancia y dame agua”, le habría pedido el joven.
Al arribar al lugar personal policial se encontró con el joven herido en el suelo quien llegó a culpar a su padre del homicidio. “Yo le disparé porque me tenía cansado”, gritó a la policía Guillermo Cuenca, quien luego confesaría el crimen ante el fiscal Lódola.
El joven fue trasladado en una ambulancia del SAME al Hospital Interzonal, pero falleció de un paro cardiorrespiratorio a causa de las heridas.
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agv