Su lema fue “sin prisa, pero sin pausa”. A lo largo de estos 12 años --dos como interino y diez de titular--, el saliente presidente Raúl Castro impulsó una serie de reformas y acciones que, aunque polémicas --criticadas por unos por lentas y por otros por rápidas-- cambió la vida de los cubanos y el perfil a sus calles.

Lo primero fue una actualización del modelo económico y social. Más que un paquete de medidas, este es el concepto que rige todas las decisiones que se tomaron de manera posterior.

La “actualización” no significa un cambio radical para pasar a sistema de libre empresa o capitalista, sino que desde la perspectiva de Castro es modernizar el modelo logrando una mayor eficiencia, con permisos para la iniciativa privada pero bajo la hegemonía de la gran empresa estatal socialista manteniendo además sectores claves como la salud, la educación y la defensa en manos de éste. La actualización del modelo está regida por el Partido Comunista de Cuba y el gobierno dispuso varias comisiones de estudio y seguimiento.

En cuanto a las reformas, aquí algunas de las más destacadas.

PERMISOS PARA CONTRATACIÓN DE CELULARES Y ACCESOS DE LOS CUBANOS A LOS HOTELES 

En 2008 fueron las dos medidas con mayor impacto con las que se presentó Raúl Castro al asumir de manera temporal en 2006 tras la enfermedad de su hermano Fidel.

La liberalización de los teléfonos móviles, al comienzo con precios exorbitantes en las líneas que luego bajaron, y los permisos para que los cubanos pudieran registrarse y disfrutar de hoteles fue muy popular entre la gente.

Hasta ese momento los ciudadanos dependían de las empresas o centros de trabajo y los extranjeros para obtener cuentas de celulares y permisos especiales para los centros turísticos donde incluso debían demostrar el parentesco --por ejemplo el acta de matrimonio-- para registrarse.

Ambas medidas buscaban mantener en igualdad de condiciones a las personas con acceso a monedas fuertes como el dólar, de aquellas capas de población más atrasadas, pero en la práctica se prestaba para todo tipo de casos de corrupción.

DISTRIBUCIÓN DE LAS TIERRAS OCIOSAS EN USUFRUCTO 

Desde 2009 comenzó el plan de entregar a productores privados las parcelas que las empresas estatales agrícolas no estaban haciendo producir.

A lo largo de varios años las normas que rigen este beneficio fueron ampliándose, por ejemplo, permitiendo que se construyeran casa en ellas, incrementándose la cantidad de hectáreas o facilitando la adquisición de los insumos.

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FLEXIBILIZACIÓN DE LA INICIATIVA PRIVADA Y DESPIDOS DE TRABAJADORES EXCEDENTES DEL ESTADO 

Una de las medidas de mayor alcance fue la apertura de permisos en dos centenares de rubros, como renta de alojamiento de cuartos, restaurantes, cafeterías, talleres de oficios como costura, salones de bellezas y barberías o plomeros y constructores. Las primeras disposiciones datan de octubre de 2010 y a lo largo de los años fueron variando sus condiciones.

En agosto pasado, la entrega de algunas licencias fue congelada pero a la fecha 600 mil personas ejercen estos empleos no estatales con notable alcance para los ingresos de esas familias toda vez que los salarios de los trabajos estatales siguen deprimidos --unos 30 dólares.

Al mismo tiempo, Castro inició un programa paulatino para reducir las plantillas estatales infladas y se autorizó la creación de cooperativas.

AUTORIZACIÓN PARA LA COMPRA-VENTA DE VIVIENDAS 

La reforma de 1960 había prohibido la compra-venta de viviendas, así como las hipotecas, al tiempo que limitó la tenencia de una casa en propiedad por persona e hizo a los arrendatarios propietarios de sus hogares. Actualmente el 95% de los cubanos es dueño de su casa, pero la construcción se mantiene muy baja, lo que genera un gran déficit habitacional.

Hasta la reforma de 2011, que permitió de nuevo la compra-venta, había un mercado ilegal que se encubría bajo falsas permutas generando toda clase de ilegalidades.

Paralelamente se liberalizó la venta de materiales para edificar. Por tanto, la casa pasó de ser un lugar de residencia de la familia para convertirse en un capital con el que cuentan las familias, incluso en vistas de la creación de negocios.

LEY PARA LA INVERSIÓN EXTRANJERA Y PUERTO MARIEL 

La ley de inversión extrajera se aprobó en 2014. Cuba requiere según sus autoridades unos 2.500 millones de dólares de inversión extranjera para su economía.

La nueva norma se amplía en relación a la de 1995, exime de pagos sobre para utilidades y se esperaba que el Puerto de Mariel --la mayor infraestructura desarrollada por Castro-- fuera un foco de atracción para el capital foráneo, pero en la práctica se desarrollaron pocas de estas inversiones y los empresarios suelen lamentarse de la burocracia cubana.

REFORMA MIGRATORIA 

Hasta 2013 los cubanos debían pedir un permiso especial para salir del país llamado popularmente “tarjeta blanca”, que además de caro limitaba las posibilidades de viajes.

Las medidas promulgadas por Castro eliminaron este requisito y ampliaron la posibilidad de salida del país hasta dos años para que las personas conserven todos sus beneficios sociales y políticos.

Posteriormente, en 2017, se flexibilizó el regreso de emigrados de visita y la repatriación para aquellos que deseen volver a vivir a Cuba. Miles de personas salieron y regresaron a Cuba en estos años, incluso algunas utilizando esta facilidad para traer mercancías para vender en la isla como ropa y electrodomésticos.

INTERNET, TECNOLOGÍA Y TELECOMUNICACIONES 

Cuando Castro asumió la presidencia era difícil conseguir computadoras en Cuba y su venta estaba limitada. Junto con la ampliación de la oferta de computadoras el gobierno incrementó el acceso a internet incluso rebajando sustancialmente las tarifas. También instaló “puntos wi-fi” en parques y calles principales.

LA NORMALIZACIÓN DE LAS RELACIONES CON ESTADOS UNIDOS 

En un sorpresivo anuncio, Barack Obama y Castro informaron sobre el inicio de un proceso de normalización en diciembre de 2014. Unos meses después, embajadas de ambas naciones se abrieron y decenas de acuerdos binacionales se lograron poniendo fin a cinco décadas de máxima tensión entre ambas.

Sin embargo, Obama no logró que el Congreso levantara las sanciones contra Cuba impuestas en los años 60 para presionar un cambio de gobierno en la isla. Posteriormente la entrada de Donald Trump a la Casa Blanca echó para atrás el acercamiento.

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